El aumento de temperaturas que se está dando en los últimos años aumentaría la densidad de las áreas boscosas del Ártico hasta en un 50 por ciento más. Así lo afirma un nuevo estudio publicado en “Nature Climate Change”. Según los autores, este reverdecimiento podría acelerar el calentamiento global a un ritmo mucho mayor.
En las últimas décadas aumentó considerablemente el crecimiento de las plantas en el Ártico, coincidiendo con el incremento de las temperaturas. Según un estudio recientemente divulgado, esta vegetación podría crecer aún más e impactar negativamente sobre el calentamiento global.
Richard Pearson, autor principal del estudio y científico investigador en el Museo Americano de Historia Natural para la Biodiversidad y la Conservación, explicó que “esta redistribución generalizada de la vegetación del Ártico tendría impactos que repercutirán a través del ecosistema global”.
Para demostrar esta teoría, los científicos desarrollaron modelos capaces de predecir estadísticamente los tipos de plantas que pueden crecer bajo ciertas temperaturas y precipitaciones. Este tipo de modelos es la mejor forma de estudiar el Ártico, ya que su clima limita la variedad de plantas que pueden crecer.
Los modelos revelan un cambio en la mitad de la vegetación y un aumento masivo de la cubierta arbórea. Por ejemplo, en Siberia los árboles podrían crecer a cientos de kilómetros al norte de la línea sobre la que están en la actualidad. “Estos impactos se extienden mucho más allá de la región del Ártico. Por ejemplo, algunas especies de aves migran estacionalmente desde latitudes más bajas y se basan en la búsqueda de determinados hábitats polares como espacio abierto para anidar en el suelo”, explicó Pearson.
Para completar la investigación, se analizaron las respuestas climáticas a múltiples cambios ecológicos y así se descubrió que el fenómeno llamado “efecto albedo”, que tiene que ver con la reflectividad de la superficie de la Tierra, impactaría directamente sobre el clima del Ártico. Cuando el sol llega a la nieve, la mayor parte de la radiación se refleja de vuelta al espacio. Pero cuando se llega a una zona cubierta de árboles, la luz solar es absorbida y la temperatura aumenta.
“Estudiando la relación observada entre las plantas y el albedo, se nos muestra que los cambios de distribución de la vegetación darán lugar a una retroalimentación positiva global del clima, que probablemente cause un calentamiento mayor del que ya ha sido predicho”, finalizó Scott Goetz, de la Woods Hole Research Center y co-autor del estudio.