Un relevamiento del Ministerio de Salud provincial muestra que de todas las discapacidades, las mentales son las más frecuentes: afectan al 52% de los discapacitados de hasta 19 años y al 33% del total sin diferencia de edad. Los expertos en infancia insisten en la importancia de intervenir y trabajar para revertir la tendencia, sobre todo en los chicos con trastornos generales del desarrollo y autismo.
El dato se desprende de un análisis realizado sobre las 160.000 personas que ya tramitaron el Certificado Único de Discapacidad (CUD) en distritos de la Provincia. Entre las causas que provocan discapacidad mental en chicos de 0 a 4 años, se destacan los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD), que incluyen a los del espectro autista y abarcan al 30,6% de los casos; el Síndrome de Down (30%); trastornos en el habla y el lenguaje (13,9%); retrasos mentales (7%) y retrasos en el desarrollo (8%), entre otros.
Por eso, en el Día Internacional de la Discapacidad, que se conmemora este 3 de diciembre por decisión de Naciones Unidas, el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, hizo hincapié en la detección temprana de los TGD, en especial del autismo porque “diagnosticarlo precozmente, antes de los dos años, permite obtener mejores resultados a partir de los tratamientos que estamos implementando, basados en el juego y la relación con los padres”.
Menos TV, más juego
Al año y medio, Isaías no miraba a los ojos a su mamá. El televisor parecía hipnotizarlo. Sus papás trabajaban casi todo el día y para la chica que lo cuidaba la tele era una herramienta de trabajo.
Cuando a los 18 meses el pediatra les dijo a los padres que creía que el chico era autista, les aconsejó que no le enciendan el televisor. “Esto no es determinante, pero es un factor de riesgo más para chicos que ya tienen en su cerebro las condiciones propias del autismo”, explicó el psiquiatra infantil Cristian Plebs, quien participa del programa de TGD y Autismo del Ministerio de Salud provincial.
Los bebés aprenden, en gran medida, por imitación de aquello que observan y escuchan de otras personas. El problema es que los chicos autistas no le prestan atención a otros seres humanos. Suelen fijar la vista en objetos y se muestran abstraídos.
“Por eso ahora el abordaje de estos niños se basa en lo relacional a través del juego, y requiere de un trabajo conjunto entre profesionales de la salud y los padres”, señaló Plebs. Y enfatizó: “hay que lograr ser interesante para que estos chicos se motiven y cambien su mirada, que pasen de los objetos a las personas, sobre todos a los padres, para que comiencen a imitar a los otros seres humanos”. En ese sentido, los especialistas desaconsejan el uso de la TV como forma de entretener a los bebés, ya que “en chicos con predisposición al autismo la alta exposición a la pantalla puede jugar en contra de las posibilidades de conexión interpersonal”.