María Herrero es una de las profesionales que se desempeñaba en el Sanatorio Central EMHSA y explicó esta mañana en la 99.9 como ha sido la negociación desde un principio y los entramados internos entre el Sindicato de Gastronómicos y los trabajadores. “Toda esta situación, las 700 personas que atravesamos por esto que es increíble, tiene que ver con el miedo y la necesidad de los trabajadores”.
El Sanatorio Central EMHSA sigue en un limbo del que nadie sabe como se saldrá. Mientras tanto, los trabajadores esperan que haya una resolución, sobre todo porque se han quedado sin trabajo y los responsables de la situación no dan ninguna respuesta.
Los profesionales son parte de esta lucha y esta mañana, en la 99.9, María Herrero, una de ellas, dio su versión de cómo se dieron los hechos. “Empezamos a tener problemas con los pagos en diciembre de 2013. Pasaron las semanas y los meses, hasta que en agosto nos enteramos que se había presentado la empresa en convocatoria de acreedores. Nos enteramos de una manera indirecta y tratamos de que el contador Pablo Defrancesco nos diera una entrevista y algunos pudimos hacerlo”, indicó en primer término. Luego abundó: “ahí apareció la versión de que con nuestros honorarios iban a comprar el edificio. Cuando viniera el síndico de Buenos Aires, nos dijeron, nos iban a llamar porque el Sanatorio iba a ser tomado por el Güemes y a nosotros nos harían una oferta laboral. Pasaron los días y las semanas, pero nadie nos llamó”.
Como no podían quedarse esperando de brazos cruzados, fueron por la respuesta a Buenos Aires donde encontraron otra versión: “conseguimos el teléfono del síndico y nos dijeron que no nos iban a llamar, sino que nosotros teníamos que ir a presentar nuestros créditos. Viajamos a Buenos Aires en diciembre y ahí nos explicó que somos proveedores y en caso de que la quiebra no se de, nos enteraríamos en febrero de 2015 cuál era la deuda que tenían con nosotros y en octubre de este año nos harían una propuesta económica”, contó.
La continuidad laboral todavía no estaba asegurada, entonces los profesionales decidieron seguir cumpliendo sus funciones, porque además, les habían prometido un pago que duró poco tiempo. “Mientras tanto seguíamos trabajando. La idea era que nos fuéramos con las manos vacías o nos quedáramos con la ilusión de la continuidad laboral. Pablo Defrancesco nos dijo que al intervenir el síndico nos pagarían regularmente, pero sólo nos pagaron desde el 16 de agosto hasta octubre. Yo fui a trabajar hasta el 4 de febrero y hay gente que siguió mucho más”, explicó Herrero.
Además denunció lo que Mercedes Morro en la 99.9 trató de desmentir, que el contador Defrancesco tiene una oficina en gastronómicos y además, agregó que “también la tienen muchos profesionales y administrativos del EMHSA. Toda esta situación, las 700 personas que atravesamos por esto que es increíble, tiene que ver con el miedo y la necesidad. Yo no tengo nada que perder, perdí mi trabajo y los honorarios del último año de trabajo”. Se trata de dejar a Luis Barrionuevo como el salvador de la situación, pero lejos está de ser así: “todos sabemos cómo es la situación, pero la gente por sometimiento no lo va a decir. En Mar del Plata es difícil conseguir trabajo para mucha gente y por eso, nadie dice las cosas como son”.
Mientras todo sucede, tratan a veces de encontrar los motivos para este cierre que les está haciendo pasar un momento horrible a mucha gente: “es imposible encontrar un motivo para hacer esto, es un sanatorio con 100 camas cuando el HIGA está saturado. Le están dando turnos a la gente en otros establecimientos para el mes de junio. No se entiende porque hicieron esto”.
Seguirán buscando las respuestas porque pretenden desarrollar sus funciones en el lugar que les corresponde y esperarán la reapertura, como una ilusión que nunca se perderá. “Estamos esperando que abra el EMHSA, con el guardapolvo y el maletín como si fuera el primer día de clase. Nosotros queremos al EMHSA, queremos trabajar ahí principalmente porque es inentendible lo que pasó”, finalizó.