El docente y periodista Luis Gasulla, es el autor del libro “El Negocio de los Derechos Humanos” y explicó esta mañana en la 99.9, algunos de los principales aspectos de su investigación. “Antes que estallara el escándalo, profesores universitarios de las madres, no querían decir lo que habían vivido”, resaltó.
El tratamiento de los Derechos Humanos no es nada sencillo, es un tema con muchas aristas y que suele despertar susceptibilidades. Sin embargo, el periodista y docente Luis Gasulla se animó a llamarlo de una forma singular en su último libro: “El Negocio de los Derechos Humanos”. Esta mañana en la 99.9 el autor explicó porque empezó a interesarse en ese fenómeno: “si en los 90 todos querían estudiar abogacía para estudiar la constitución y sus reformas, en esta época se han sumado muchos también como una moda por la reapertura de los juicios que va por otros carriles, los de la justicia. Esto comienza antes de la llegada de Néstor Kirchner, cuando ya se habían reabierto muchas causas”, afirmó.
Esto atrajo a muchas personas que pensaron en una variable ante los Derechos Humanos: “mucha gente honesta que estuvo perseguida en los peores años de la historia argentina, se corrieron ante estos arribistas que vieron una posibilidad para hacer negocios propios con el dolor de muchos”, resaltó Gasulla.
El periodista también puntualizó los temas que aborda su investigación en el libro: “el libro aborda lo que fue el escándalo de sueños compartidos y la salida de Schoklender de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. No es el único tema por el que pasa el libro, sino también otros relacionado con el negocio de los Derechos Humanos como el negocio de las culpas, la utilización clientelar de los pobres a través de la adjudicación de un trabajo o una vivienda, la utilización del show de los museos de la memoria, el monopolio de datos genéticos, los fallecidos en democracia y los nuevos negocios en la Fundación Plaza de Mayo después de la salida de Schoklender”.
El acercamiento que han tenido Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender es un fenómeno remarcable y al respecto, el autor remarcó: “hubo dos razones para que se acerquen, una la necesidad mutua. Hebe de Bonafini se acercó a Schoklender por la lucha y lo que significaba en su lucha por reinsertarse en la sociedad. Bonafini se interesó cuando no estaba pasando por un buen momento en el ostracismo que los había dejado Menem con las leyes de indulto. También recuerdan que Schoklender en la década del 90 era muy parecido físicamente al hijo de Bonafini. Fue una relación de amor muy grande que terminó con un odio muy fuerte”.
Aún en este marco y cuando muchos conocían como funcionaba la Fundación Madres de Plaza de Mayo, eligieron callar. Gasulla aseveró que “es increíble el respeto del temor que le han tenido a la figura de Hebe. Se alejaron de su paraguas protector y de ella sin hacer ruido. Antes que estallara el escándalo, profesores universitarios de las madres, no querían decir lo que habían vivido. Hay un silencio cómplice y Hebe de Bonafini se ha peleado hasta con su propia sombra”.
Uno de los datos que resalta la investigación, muestra el volumen de dinero que se manejaba: “la fundación en total tenía 6.000 empleados en un momento, ha terciarizado algunas de sus actividades, pero sigue siendo una fundación multirrubro. Después de la salida del tema Schoklender hubo una purga para saber quiénes fueron informantes y aún hoy se siguen realizando despidos”.
Por último, el aspecto político y la comparación con Estela de Carlotto, otra de las referentes en la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, el periodista reflexionó: “Hebe y Estela de Carlotto habían dicho que harían política pero no partidaria, eso se rompió con la llegada de Néstor Kirchner”.