Luis Zubizarreta, Presidente de CARBIO (Biodiesel) habló con la 99.9 y dio detalles sobre cómo podrían afectar, al negocio del Biodiesel en el país, los nuevos aranceles que quiere imponer la Unión Europea. “Es una amenaza que tenemos muy cerca”, aseguró.
Zubizarreta aclaró que las restricciones que aplicaría la Unión Europea, vía la imposición de nuevos gravámenes, es una propuesta que hace una entidad dentro del Gobierno de la propia Unión Europea. A estos aranceles que están en el orden del 25 % a los cuales hay que sumar un 6,5% de una exención que tenía la Argentina y que se cae en 2014 por una cuestión de tamaño de la economía. “Es una amenaza que tenemos muy cerca”, remarcó.” La suma de esos dos aranceles que vamos a tener a partir del próximo año, directamente nos sacan del mercado de un modo inevitable y hace que nuestro principal destino de exportaciones que fue Europa en un primer momento, desaparezca como una opción y vamos a quedar con todas esas inversiones de valores prácticamente paradas”, agregó.
Lo más preocupante es que esto implica un reprimarización de las exportaciones del principal producto, como es la soja y su cadena. Esta situación va a hacer que esas inversiones queden paradas pero además, dijo que van a tener que salir a vender muchísimo más aceite.
Desde el año 2006 hasta la fecha, en Argentina, se han invertido alrededor de 1500 millones de dólares en la industria del Biodiesel, apuntando a exportar un producto con mayor valor agregado energético y a un destino como es el primer mundo, Europa, explicó Zubizzarreta. Pero en 2008/09 tuvieron un contrapunto con China que era el principal consumidor de aceite de soja y que de un día para el otro, por diferentes motivos, le impuso una barrera a la importación de aceite argentino y eso fue muy grave en su momento porque los obligó, como país, a tener que derivar parte de esas exportaciones hacia otros destinos, compitiendo con aceites de la peor calidad. “Tuvimos que salir a vender ese aceite en la India, que se convirtió en nuestro principal destino a un precio mucho menor”, subrayó.
. También refirió que, gracias a la aparición de la industria del Biodiesel, que estaba naciendo en ese momento, pudieron derivar parte de ese aceite a producir biodiesel y exportarlo a Europa a precios mucho mejores; de este modo le quitaron presión al aceite de soja y eso les permitió que los precios, de toda la cadena de la soja, subieran. “Lamentablemente, hoy, vamos en el camino inverso”, resaltó.
Quitar la competencia parece interesante para proteger una industria pero al final es una torpeza cuando se tiene un proveedor sano y eficiente y que te provee de productos sustentables que también era parte del objetivo de la Unión Europea. Algo importante es poder ver que la caída de este volumen podría significar ir a una reconversión aumentando el corte en Argentina que vendría bien porque se reduciría el volumen de combustible que estamos importando. “Uno de los desafíos es reemplazar en el mercado doméstico, parte de ese volumen que perdemos, claramente hay un límite, porque el corte, por una cuestión tecnológica, no puede ser del 100%; pero sí puede ser mucho más elevado de lo que es actualmente y nosotros creemos que una parte de lo que estamos perdiendo en Europa sería muy inteligente que la Argentina lo consumiera, máxime que es más barato que el gasoil. Sería un ahorro de divisas para el país y una manera de generar trabajo y de dar un producto sustentable nacional. Uno de los limitantes que venimos discutiendo es que hay una cuestión impositiva con respecto al gasoil y es una exención del 41% por los volúmenes de importación que existen. En el caso del biodiesel paga el impuesto. Lo que nosotros queremos es que haya un trato igualitario, para poder ofrecer un producto que es mejor y más barato a las petroleras e indirectamente al mercado”, concluyó.