Con esas palabras, Emilio Alonso, presidente del Directorio del Sanatorio EMHSA, se refirió al reclamo de un grupo de empleados de la institución. Esta mañana en la 99.9, señaló que “este Sanatorio paga puntualmente los salarios a todo el personal, son 400 personas. Y además, no despedimos gente. No hay motivos para tener una huelga”.
El Sanatorio EMHSA de Mar del Plata está atravesando una situación delicada con un grupo de empleados que está realizando una retención de tareas en el establecimiento, impidiendo el ingreso del resto de los trabajadores e incluso de algunos pacientes.
Esta mañana, Emilio Alonso, presidente del directorio del Sanatorio, habló sobre esta situación en la 99.9.“Es una situación atípica. Estoy ante la sorpresa de que el Sindicato de la Sanidad está haciendo sobre el Sanatorio EMHSA una campaña de desprestigio disfrazada de conflicto sindical. Reclaman generalidades, hicieron una asamblea minoritaria, decretaron un paro y la gente está trabajando”, detalló.
Los empleados en cuestión también están entregando volantes con algunos reclamos, pero Alonso dejó en claro que no hay ninguna intención de dejar de pagar: “se nos acusa de malos tratos al personal, no se dice quién con quién ni hay denuncias previas. Este Sanatorio paga puntualmente los salarios a todo el personal, son 400 personas. Y además, no despedimos gente. No hay motivos para tener una huelga”.
Entre otras cosas, se reclama por la renovación de los uniformes, a lo que Alonso respondió: “el sector de la salud está completamente colapsado. Nosotros priorizamos el manejo de los fondos que tenemos con el pago de salarios, honorarios a profesionales y los insumos, que son importados y tenemos dificultades con los precios y el stock. Tenemos dificultades con los uniformes, hay que cambiarlos porque están gastados, pero eso no amerita que hagan 48 horas de paro, que encima fracasó”.
Ante esta situación, Alonso también habló sobre la actitud de quienes llevan adelante la medida: “había gente de sanidad recorriendo los pisos y tratando de convencer a los empleados para que no sigan trabajando. Reconozco lo que pasa con los uniformes, pero se debe ver la realidad de lo que pasa en la salud a nivel nacional”.
En este contexto, mientras esperan que el problema se solucione, surgen otros inconvenientes de fondo que tienen que ver con la delicada situación económica del país. Por ejemplo, las dificultades en la compra de insumos: “me ha pasado con varios proveedores que, cuando comenzó la movida del dólar el mes pasado, primero no me querían vender. Ante mi desesperación, nos decían que nos mandarían los insumos con un remito, me lo facturaban en 60 días y en ese momento me decían cuánto valía lo que compre. En esas condiciones, tuve que recibir los insumos”.
Enojado por la situación y sorprendido por cómo se está dando el reclamo, Alonso reiteró: “hay 700 familias que viven de este sanatorio, por eso no tenemos por qué soportar una campaña de desprestigio disfrazada de conflicto sindical”.