Ante los graves problemas de infraestructura en la Escuela Nº 41, los directivos y docentes decidieron suspender las clases. Lejos de dejar a los chicos en sus casas sin hacer nada, implementaron un método de estudio a través de Internet para subir trabajos prácticos. La directora de la institución, Cristina Ibáñez, habló en la 99.9 y resaltó “el establecimiento tiene rajaduras en las paredes y el piso se está moviendo”.
La Escuela Nº41 en Mar del Plata está atravesando una situación poco habitual. No porque las condiciones edilicias hayan obligado a suspender las clases, sino porque los directivos del establecimiento han decidido continuar con los contenidos para los alumnos de una manera que puede llegar a implementarse en otros lugares de manera efectiva.
En la 99.9, la directora del colegio, Cristina Ibáñez, señaló que “el establecimiento tiene unas rajaduras que no tenía y el piso se está moviendo. Ante estas circunstancias que habían pasado ya en el 2011 cuando yo no era directora, me pareció que era peligroso hasta que las personas que entienden de eso se fijen que es lo que está pasando”, algo que suena con mucha lógica teniendo en cuenta, que tal como detalló, “la loza se ha movido porque se han rajado las paredes”.
En ese momento, implementaron la tecnología para que los alumnos no pierdan horas de clases a través de una página que tenía con anterioridad la propia escuela. “En la escuela tenemos un blog donde comunicamos las novedades con las familias y los chicos. Nos pareció oportuno usarlo en esta ocasión para seguir en las clases pero no para el repaso, sino para que el alumno se acerque al próximo tema y siga avanzando con su educación”, detalló Ibáñez.
Es un trabajo articulado con los profesores, pero que no sólo les permite trabajar desde casa, sino que se deben acercar los trabajos al propio colegio donde los profesores los corrigen. “Los profesores suben trabajos que no son módulos, sino trabajos de investigación y otros tipos de trabajos creativos parra que los chicos se entusiasmen. Los ven ahí, los hacen y para alguno que no tenga Internet o le suceda algo, tenemos las tareas en la esquina del colegio y además, nosotros con los profesores estamos en la biblioteca del edificio viejo para que vengan a vernos si tienen dudas o nos traigan los trabajos que después los profesores corrigen”, agregó la directiva. Luego abundó: “también vienen muchos papás por si tienen los hijos resfriados y demás, así que tenemos un movimiento importante”.
Esta decisión innovadora la tomaron, para que se pueda seguir estudiando, ante la falta de respuestas a las mejoras edilicias: “hay un camino, nosotros tenemos que llegar a una meta y un camino que recorrer, si por una circunstancia cualquiera no se puede usar, hay que buscar otro camino que no es el mejor, pero creo que vale como experiencia”, opinó. También agregó que “de esta forma siguen conectados con la escuela, siguen viniendo y se quedan a trabajar un ratito. Hacemos lo que podemos”.
Mientras tanto, tendrían que aparecer las respuestas de los responsables de mantener los edificios escolares de la mejor forma: “tenemos 400 alumnos en el colegio. De Infraestructura ha venido la arquitecta Luenzo y el ingeniero Riveiro y dijeron que iban a hacer un informe que todavía no me han presentado”.
Aunque desde el propio cuerpo docente se asume que no es la manera de enseñar puede ser una salida interesante: “esto no es lo mejor para los adolescentes, pero me parece una prueba interesante ante estos problemas que tenemos”, concluyó.