La abogada María Sol Borsani se mostró molesta esta mañana esta la 99.9 por la falta de respuesta de los funcionarios políticos provinciales ante el fallo de la justicia que obliga a la reparación del techo en la Escuela Nº 2. La presidenta de la Cooperadora destacó que “se han perdido semanas importantes donde se podría haber avanzado mucho”.
La situación en la Escuela Nº 2 sigue siendo problemática porque no aparecen las respuestas provinciales para arreglar el techo del edificio, a pesar de la manda judicial que se conoció días atrás.
La abogada y directora de la Cooperadora, María Sol Borsani brindó detalles esta mañana en la 99.9 y señaló que “los dirigentes están jugando al tenis con nosotros, se pasan la pelota pero obras no vemos. El juez nos tiene cortito y ahora vamos a poner el arquitecto nosotros”.
Mientras esperan la verdadera solución al problema, los chicos deben seguir estudiando en otro lugar y en las condiciones que pueden. “Las clases se reanudaron en la Escuela 5 pero tienen el mayor problema a la mañana donde funciona una secundaria. Tienen clases alternadas y todos juntos en un gimnasio que no es lo ideal además de que toman clases por turnos”, dijo Borsani.
Están tratando de cubrir todos los campos posibles a pesar de que saben que algunos no tienen injerencia en esta cuestión. “El viernes una mamá estuvo hablando con la secretaria de Pulti, hemos ido al Concejo Deliberante que no tiene nada que ver porque es un problema de la provincia que debe solucionarlo, pero tratamos de ir a todos lados”, aseguró.
María Sol Borsani se dio de bruces con una de las grandes falencias de la política argentina, pero aún así sigue confiando en que la resolución judicial terminará imponiéndose: “se han perdido semanas importantes donde se podría haber avanzado mucho. Igual creo que vamos a llegar a un éxito porque hay una orden judicial y nosotros estamos adelantando todo. Uno siente que realmente no tienen cara los dirigentes políticos”. La situación, incluso, la pone incómoda y no entiende como todo llegó a este límite: “me siento reconocida, pero después pienso y esto es terrible. La sentencia del juez dice que si queremos podemos ir a la Corte Permanente de Derechos Humanos en Argentina y sería tristísimo”, agregó.
Además de esta problemática que ya había denunciado oportunamente, también expuso una cuestión distinta: “una vez que se anuncia un aula virtual, entran al colegio a robar las computadoras y después las venden por 100 pesos. Tengo un sobrino adolescente y me lo comentó, dicen en el diario que recibieron el aula digital y en menos de una semana el colegio sufre un robo”, contó. Todo colabora a un presente muy difícil para la educación pública y con poca idea de resolución en el corto o mediano plazo.