Yanina es una madre que tenía a su hijo de dos años en el jardín “Perito Moreno” de Mar del Plata. El pasado viernes, cuando su padre lo fue a buscar, lo encontraron con el rostro desfigurado después de haber sufrido una caída. Esta mañana, en la 99.9, la mamá dio testimonio de lo que tuvo que atravesar para que la atendieran los responsables del colegio.
Yanina es una madre joven que debió vivir una situación muy desagradable en un jardín de la ciudad al que lleva a su hijo de dos años. Su niño ha sufridos dentro de la institución desde febrero, hasta llegar al límite la semana pasada, de encontrarlo con la cara prácticamente desfigurada después de una caída. Llamativamente, las autoridades de la institución decidieron no dar aviso a los padres, y tampoco llamaron a una ambulancia.
Las palabras de Yanina ponen el foco sobre un problema que preocupa, máxima a padres de niños pequeños que no consiguen expresar claramente lo que les ocurre. “Conseguí cambiarlo de jardín, pero nadie me dio una solución. Todavía estoy esperando que alguien me responda”, indicó en un principio. Luego explicó: “lo llevaba al Jardín “Perito Moreno”, en Nápoles al 2500. Mi hijo tiene dos años recién cumplidos y empezó a ir en febrero de este año. El viernes fue la gota que rebalsó el vaso”.
No es la primera vez que se encontraban con esta situación: “Semanas anteriores también venía lastimado, con moretones, mordidas, el dedo morado. Una vez vino con el ojo sangrando. Fui a hablar con las maestras y puedo entender que se peleen porque son chiquitos, pero esta vez lo fue a buscar mi marido y lo encontró dormido, tirado en una colchoneta con la cara desfigurada. Ellos no saben cómo se cayó porque dicen que no lo vieron”.
A pesar de buscar explicaciones en el propio jardín, las respuestas no fueron las mejores: “La directora del lugar es Karina Martínez. Cuando fui el viernes, me atendió una administrativa y me dijo que no la podía llamar a la directora ni a las maestras porque no estaban en ese horario. Pedí por favor que nos atendiera alguien. Ahí la llamaron a la directora y dijo que hasta el lunes a las 9 de la mañana no me podía atender”, relató Yanina.
Tuvo que esperar y esperó, pero el lunes se presentó nuevamente: “Me atendió la directora y me dijo que reconocían el error, pero ya no podían hacer nada. No pretendo que cierren la institución, pero ahí quedan 15 chicos y nadie se entera de nada, porque ellos mismos cerraron su página de Facebook. Las disculpas no me alcanzaron y no me llenan”. Está claro que las consecuencias podrían haber sido mucho más graves: “No pueden dejarlo ahí tirado dos horas y dormido, porque tuvo un golpe en la cabeza y no puede dormirse. Al día de hoy todavía no está bien, tiene la boca hinchada, le cuesta comer, parece un bebito”, señaló. “El médico nos dijo que fue un golpe muy fuerte, pero solamente eso. Lo tenemos que llevar a un dentista porque se le aflojaron los dientes”.
Respecto de las emergencias, Yanina ilustró un diálogo que dijo haber tenido con una docente, que puede graficar la falta de protocolo frente a situaciones que en apariencia no revisten gravedad. “Una maestra, de nombre Romina, me dijo que si se golpeaba no iban a llamar a una ambulancia si no tenía un traumatismo de cráneo”.