El Defensor del Pueblo de la Tercera Edad habló a través de la 99.9 acerca de la situación actual de PAMI y la forma en la que constantemente se discrimina a los adultos mayores creyendo que son una carga para el estado.
Una vez más, se denunció que fondos de PAMI van a lugares donde no deberían. En este caso se habla sobre partidas de dinero para locales de La Cámpora mientras la situación para los afiliados es cada vez más compleja.
El Defensor del Pueblo de la Tercera Edad, Eugenio Semino se refirió al tema en la 99.9 y remarcó las múltiples falencias que tiene en su funcionamiento PAMI: “la pandemia generó, para los que eran verdaderos grupos de jubilados, un daño irreparable desde el punto de vista económico porque tuvieron que cerrar, no los pudieron mantener. Las ayudas que surgían de PAMI o los municipios se fueron cortando pero de todos modos PAMI aparecía con un ayuda económica esporádicamente para ciertos sectores que no eran verificables de acuerdo a los centros que uno conoce”.
Las “Ayudas” que brinda el PAMI no se condicen con el panorama que encuentran los afiliados al momento de utilizar las prestaciones: “en paralelo aparecen ayudas del PAMI que está en campaña en todo momento y su atención real, formal incluso a las propias agencias es totalmente precaria. Hoy está cortada la internación domiciliaria, los establecimientos de internación geriátrica están haciendo una movilización el 9 porque no les pagan. Hay dificultades para conseguir insumos y para que se atienda a los pacientes, pero la interventora pasea por el país y se saca fotos. Estos acting son muy desagradables cuando se muere la gente por no ser atendida correctamente y se le suman estas otras cuestiones que son inexplicables, pero aparecen como naturalizadas”.
Incluso el presidente Alberto Fernández ya expresó públicamente que aquellos adultos mayores que viven mucho tiempo terminan siendo una carga para el estado, cuando para Semino, la relación es completamente inversa: “a varios políticos en el mundo, les ha sacado la careta la pandemia. Muchos tienen la concepción de que, cuanto más viven las personas, más gasto público se genera. Es una concepción supremacista que ha generado en Argentina un Apartheid etario. Hay una discriminación por edad muy notoria y contradictoria con la propia biología. En vez de motorizar la energía y el consumo de un adulto mayor, se lo toma como una carga insoportable para los sistemas cuando no es así”.
Los números también desechan esta idea anacrónica, porque la mayor parte del dinero que se gasta no sale específicamente hacia los jubilados: “ANSES, que es un sistema donde aportan 6 millones de jubilados y pensionados actuales, pagan 22 o 23 millones de cheques que no tienen que ver con los que aportaron”.