El gobierno de Cristina Fernández está analizando una propuesta de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) para crear un crédito hipotecario destinado a la clase media con un total de 900 mil viviendas. Tendrían un plazo a 30 años con cuotas que no excederían el 30% de los ingresos.
El Gobierno Nacional está evaluando una ambiciosa propuesta de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) que apunta a terminar con el déficit de viviendas de la clase media, calculado en unas 900 mil unidades. El llamado Sistema Integral de Acceso a la Vivienda (SIAV) prevé disponer de fondos para financiar créditos accesibles a largo plazo destinados a las familias de ese sector social que no accedan a subsidios para construir, reparar o comprar propiedades y que tampoco tengan llegada al sistema financiero, limitado a sectores suficientes económicamente.
La propuesta modifica otra del año 2010, ya que ahora se eliminó el capítulo de “viviendas populares”, después de la aparición del ProCreAr. El SIAV prevé asignar 44.100 créditos hipotecarios para la clase media en sus primeros 4 años de aplicación, para pasar a 63 mil créditos a partir del quinto año. Una vez conseguido ese objetivo, los empresarios constructores estiman que se podría atacar el déficit acumulado estimado en 900 mil unidades para ese estrato social. Según indicaron desde Camarco, el déficit de viviendas en el país se calcula en 2,5 millones de unidades.
El proyecto busca ofrecer créditos a 30 años en cuotas que no excederían el 30% del nivel de los ingresos familiares, con una tasa de interés del 6%. Además, incluye la aprobación de un sistema de hipotecas a 30 años, requiere de la emisión de un bono para garantizar su fondeo y establece como unidad de cuenta para los ahorros y los créditos, el salario medio calculado en 4.250 pesos.
Fernando Lago, director del Área de Pensamiento Estratégico de Camarco, aseguró que con éste último punto se asegura que “la tasa nominal será muy baja” y eso redundará en una relación razonable entre cuota e ingreso. Así, el sistema “permite también que entren personas con ingresos menores“, resaltó.
Se aclaró que el fondeo de las hipotecas provendría de un sistema de ahorro de largo plazo para quien piensa en un título o bono que canalice dinero del público. Su remuneración estaría vinculada a la evolución de los salarios medios de la economía. Según Lago, la marcha del plan sería “muy rápida, porque hay una avidez del mercado para colocar excedentes en pesos, en algún activo de la economía real“, con lo cual el fondo estaría garantizado y se podría utilizar en forma inmediata. Y agregó que lo que falta para el lanzamiento del programa es “la aprobación de un bono de estas característica, como la de un modelo de hipotecas que establezca el pago en estas unidades de cuenta vinculadas a la economía”.
La propuesta cuenta con un sistema de ahorro previo que se llamaría SAPREVI y tendría la forma de un fondo común de inversión; se espera que sirva para el desarrollo y la movilización de ahorros a largo plazo. Los depósitos quedarían expresados en salarios medios y devengarían un interés anual a confirmar. Esos ahorros podrían ser aplicados únicamente a la compra, construcción y refacción de viviendas; serían heredables, transferibles y cotizables en el mercado de valores. También contarían con garantía del Estado. El mecanismo que se empleará con el crédito hipotecario (SIPROVI) posibilitará la compra de viviendas estándar para la clase media.
Una propuesta similar del 2010 establecía que de los 2.700 millones de dólares que demandaban los 44.100 créditos del primer año, 2.326 millones provendrían de ANSES y otros 375 millones serían aportados del impuesto a los combustibles. En esta primera etapa no se apelaría al mercado de capitales. El nuevo proyecto, en cambio, establece que los fondos para el financiamiento del crédito hipotecario serían dirigidos al sistema financiero a través de lo que se llamará “Fondo de crédito promovido para la vivienda” (FOPROVI), encargado también de fijar la tasa de interés.
El sistema también prevé la creación de un Subsistema de Financiamiento de la Construcción de Viviendas (SIFINVI), diseñado “para contribuir a mejorar las ofertas” de la industria constructora frente al incremento de la demanda como consecuencia del crédito implementado, indicó la cámara. Se haría con el ahorro previo de los compradores de las viviendas en el pozo, con el pago de las cuotas y fondos del FOPROVI a fin de eliminar el riesgo comercial.
Actualmente, la cuota de un crédito hipotecario representa el 60% del ingreso familiar, mientras que un alquiler usualmente consume hasta un 30%. Estos créditos cotizarán según el precio de un alquiler pero acotado a 30 años, y con la certeza de quedar en propiedad al cabo de los pagos. La cuota será proporcional a los ingresos durante los 30 años de plazo.