La galvanoplastia es un procedimiento para recubrir con metal objetos como hebillas de cintos, aros, cubiertos o autopartes, que requiere del uso de cianuro, un agente tóxico que puede contaminar los cursos de agua.
En este sentido, un grupo de científicos de la ciudad desarrolló una técnica “limpia” que permite prescindir de esa sustancia nociva y obtener los mismos resultados a menor costo. “Nuestro anhelo es que este proceso se implemente a gran escala y que podamos contribuir a disminuir la contaminación ambiental y a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de la galvanoplastia”, indicó uno de los directores del proyecto, el doctor Walter Egli, del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Pinturas (Cidepint), que depende del Conicet, de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (Cicpba) y de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
En la Argentina, gran parte de la industria galvanoplástica está formada por pequeños talleres que no pueden afrontar los costos de la tecnología necesaria para el adecuado tratamiento de los efluentes. Esto sigue siendo un problema sanitario de magnitud en la Cuenca Riachuelo-Matanza.
En el trabajo, Egli y sus colegas probaron reemplazar el cianuro de los baños de cobreado alcalino con un tipo de aditivo alimentario: los aminoácidos dicarboxílicos, como el ácido glutámico y el ácido aspártico. “No son contaminantes y permiten obtener resultados igual de eficaces en los procesos de galvanización”, indicó el experto.
La técnica, bautizada “CuGlu”, fue probada con éxito en experimentos de laboratorio en escala piloto y galardonada con el premio Innovar por ese motivo. El proceso ha sido patentado a través del Conicet y se encuentra en etapa de prueba industrial.
“El método reduce costos, dado que las materias primas necesarias para su formulación son de menor precio y no implican protocolos de seguridad complejos ni gastos adicionales”, afirmó Egli, quien puntualizó que la técnica disminuye los riesgos laborales.