Fernando Halperin: «No hay manera de ver algo que va a estar a 300 km de la costa, a no ser que pensemos que la Tierra es plana»

El licenciado Fernando Halperin es Coordinador de Comunicación del Instituto del Petróleo y Gas Argentino y desde su rol despejó algunas de las dudas que genera el proyecto de prospección petrolífera en el océano Atlántico frente a las costas bonaerenses.

Halperin se mostró crítico con quienes en torno a este tema se han parado en una posición tremendista de asegurar que esta posible explotación hidrocarburífera es sinónimo de desastres ecológicos asegurados: «Yo creo que es lógica la precupación, porque la mayor parte de la población no tiene formación técnica sobre estos temas y, para poder llegar a una conclusión se necesita una mirada técnica. Entonces la gente escucha una campana que le habla con lenguaje técnico y luego otra campana que también le habla con lenguaje técnico y no tiene la posibilidad de saber cuál de las dos bibliotecas técnicas es la verdadera porque no tiene esa formación. Entonces, de un lado se trata de usar consignas y slogan pegadizos y cortitos y que a veces no tienen mucha lógica y, del otro lado, para cuestionar ciertos asuntos necesitamos toda una explicación técnica que debe ser bajada a términos que cualquiera pueda entender», dijo.

Continuó: «Empiezan a hablar de bombardeos al mar argentino y hasta he escuchado la palabra atómica puesta ahí de alguna manera, se empieza a hablar de playas empetroladas y esto empieza a generar una preocupación lógica en los habitantes de esa zona. Nos ha pasado en su momento en Mendoza, cuando se empezó a desarrollar Vaca Muerta, que también hubo un estallido en ciertos pueblos donde la gente estaba alarmada por las cosas que se decían. Y entonces tenemos que salir a explicar algunas cosas que cuestan más que lo que hace la otra campana que es expresar las cosas de una forma más irresponsable. Nosotros somos un instituto técnico, por lo tanto no podemos salir a decir nada que no esté avalado técnicamente, que no sea comprobable, y del otro lado muchas veces se arenga a la gente de bien y legítimamente preocupada con imágenes catastróficas».

En especial, Halperin atacó el video en donde se asegura que desde las costas marplatenses van a poder verse las plataformas de extracción de petróleo en el mar y sobre el trabajo de la Universidad del Centro que plantea que existe un 100% de probabilidades de que exista un derrame catastrófico relacionado con este emprendimiento. «Yo estuve trabajando bastante, viendo ese video que se viralizó bastante. Lo primero es eso: explicarle a la gente que bajo ningún concepto se puede ver algo que va a estar instalado a 300 km de la costa a no ser que pensemos que la Tierra es plana. Y, ni siquiera entonces, se podría ver algo a simple vista que está ubicado a 300 km. Ya eso nos está indicando que en ese video algo no está bien. Después habla del famoso estudio que es la columna vertebral de todos estos discursos, de la Universidad Nacional del Centro donde se plantea un 100% de probabilidades de que haya derrames de petróleo. Ese estudio, desde que nosotros lo encontramos, sinceramente nuestros ingenieros no podían creer lo que estaban viendo. Es un estudio que no tenemos noticias de que haya sido publicado en ninguna revista académica ni que haya sido presentado en ningún congreso posiblemente porque no lo aceptarían, porque ya desde el vamos en cualquier carrera universitaria se enseña que el 100% de probabilidades de algo no existe. En probabilística algo puede ser muy probable o poco probable, pero nunca hay un 100% de certeza. Y también este estudio confunde porque hay que decirlo: todavía no sabemos si hay cero, hay algo o hay mucho, para eso se va a prospectar, y este estudio asume una producción similar a lo que hoy sería un tercio de la producción mundial de petróleo. Imagínense solamente si Argentina pudiera realmente producir un tercio del volumen general de petróleo a nivel mundial, estaríamos hablando de otra cosa», aseguró.

Continuando con el análisis de lo publicado por la Universidad del Centro, dijo: «Toma también una serie de incidentes de derrames en el Golfo de México entre 1960 y 2015, cuando cualquier persona sabe que en cualquier industria los niveles de seguridad, los procedimientos, la tecnología en cincuenta años —y mucho más en estos últimos cincuenta años—, cambió muchísimo. Es cierto que en los ’60 se producían muchos más incidentes de derrames en el Golfo de México, pero hoy en día prácticamente todo el petróleo que se extrae de esa zona se lo hace sin ese tipo de incidentes y, cuando hay alguno, de orden pequeño, se contiene con los procedimientos adecuados».

Halperín también destaca los elementos de desinformación que se pueden evidenciar en estas campañas. «En el video dicen “¿Viste esa plataforma, la que se incendió en el Golfo de México? Esas son las que van a poner acá”. Primero: se refiere al incidente que sucedió el 2 de Junio donde lo que pasó no fue que se incendió una plataforma, sino que se pinchó un caño submarino de gas en un momento que había tormenta eléctrica, entonces, cuando subió el gas y le dio un rayo, se incendió el gas. ¿Qué se hizo? Se cerró la válvula para que deje de salir el gas, se inyectó nitrógeno dentro de la cañería y en cinco horas se terminó el incidente. No se murió nadie, no hay noticias de que se haya muerto ningún animal, ni se derramó ni una gota de petróleo. Es una forma de trasmitir ciertas cosas que lo único que generan es terror y miedo», aseguró.

Continúa Halperin: «Dice esta chica: “¿Te imaginás las costas empetroladas?” ¿Por qué se van a empetrolar las costas? Un evento cataclísmico, catastrófico, que han ocurrido y es cierto, pero el último fue en 2010 y son contados con los dedos de la mano. Esos eventos han dejado un montón de enseñanzas. De hecho, ese evento específico, no podría volver a ocurrir porque ahora los procedimientos son distintos. La posibilidad de que algo así ocurriera es ínfima y, aún si volviera a ocurrir, hay protocolos para contenerlo. Y aún si las medidas para contenerlo fallaran, tampoco las simulaciones nos dan que ese petróleo llegaría a las costas de Mar del Plata. Entonces, ¿por qué tenemos que pensar en una Mar del Plata toda empetrolada? Incluso cuando dicen “se hará frente a las costas de Mar del Plata”, si yo hiciera un pozo en Brandsen o en Chascomús, ¿vos dirías que es un pozo que se hace frente a Mar del Plata? Hay que tomar también idea de lo que es la escala de una distancia de 300 km».

El Coordinador de Comunicación del Instituto del Petróleo y el Mar Argentino recordó los pasos por los que debió atravesar el proyecto antes de llegar a la actual instancia: «Esto no quiere decir que todo no haya que hacerlo con mucho cuidado, hay que recordar que esto es una iniciativa y un emprendimiento del Estado nacional que, más allá del gobierno que sea, fue posible gracias a un trabajo que se hizo durante veinte años para ampliar la zona económica exclusiva, que es lo que nos da potestad sobre los recursos del subsuelo de la Argentina. Esto se pudo ampliar, es un trabajo que se inició en 1992 y que se completó en 2016, donde Naciones Unidas nos reconoció eso y nos da la posibilidad de ir a explorar si es que existen o no recursos hidrocarburíferos en la zona del talud continental. Eso era algo que antes no lo podíamos hacer. Además, hoy existe la tecnología para hacer pozos a tres mil o cuatro mil metros de profundidad en el agua, que antes no existía».

Halperin destacó que existe mucha investigación que busca evitar la siniestralidad en torno a la industria petrolera: «Cuando se cae un avión, que también es una tragedia, se hace una investigación muy pormenorizada, se buscan las razones, se trabaja sobre las lecciones aprendidas y por eso en este mismo momento tenés… no sé, quince mil aviones volando y sería una noticia que recorrería el mundo que se cayera uno. Hoy en Argentina, en este mismo momento, hay 25.000 pozos extrayendo petróleo y gas de distintas cuencas, 36 de ellos en el mar desde donde sacamos gas desde hace 30 años y realmente una noticia de un cataclismo… hemos tenido hace poco un tema de un derrame en Río Negro pero tiene que ver con el transporte, con un caño que se rompió. Y también se está trabajando, esa empresa seguramente también va a ser sancionada, tiene la obligación de remediar la situación, etc, etc».

Además, destacó que para las empresas es muy perjudicial incluso desde el punto de vista económico provocar este tipo de incidentes: «Desde que existen las regulaciones ambientales que se iniciaron en los ’90, es muy complicado en el sentido de que no es gratis para una empresa un incidente ambiental. Baja su cotización, baja su reputación, suben sus intereses cada vez que tiene que pedir dinero, es decir, más allá de una cuestión ética, hay una cuestión económica muy concreta detrás de tener algún tipo de incidente».

También, Halperin destacó todos los pasos administrativos y de control por los que ya pasó este proyecto antes de llegar a la instancia actual: «Las cosas no se hacen ni al azar ni al tun tun. Para que, en este caso, a la empresa Equinor, que es la operadora, que en estas tres áreas tiene asociaciones con YPF y con Shell, es decir que no es solamente una multinacional que viene de por sí, sino que primero la convocó el Estado nacional. Esta es una asociación entre Equinor, YPF y Shell en estas tres áreas específicas sobre las que se dio el permiso de sísmica. Para eso hay que cumplir con un montón de regulaciones que vienen por parte de la Secretaría de Energía y otras que se establecen en combinación con Energía y Medioambiente».

Finalmente, destacó que, si bien existe una instancia en donde la sociedad civil puede manifestarse sobre estos temas, las decisiones siempre las toma la autoridad de aplicación basándose en información técnica y científica. «Esa es la novedad, ¿por qué se hicieron 190 pozos y se registaron cientos de miles de kilómetros de sísmica en las últimas décadas y nunca nadie habló de esto? Porque ahora hay una novedad que es que se involucra al Ministerio de Medioambiente. Porque ahora hay una novedad que es que se involucra al Ministerio de Medioambiente y se establece la necesidad de una audiencia pública, lo cual nosotros aplaudimos porque es la oportunidad para que organizaciones y personas puedan hacer observaciones sobre el proyecto. Algunas organizaciones nos quieren convencer de que eso es una asamblea, donde se va tomar una decisión y no, una audiencia pública no es una asamblea sino la oportunidad para que sectores que están por fuera del circuito normal tengan su tiempo para decir, observar el proyecto y decir lo que piensa. A partir de ahí, la autoridad de aplicación puede tomar o no lo que yo estoy diciendo, pero no es una asamblea. Esa idea de que “el pueblo se manifestó en contra”. No, en la audiencia pública no está el pueblo, está todo aquel que tiene algo para decir sobre el proyecto, pero no es representativa», dijo.