El músico fue uno de los encargados de organizar el Festival de la Juventud que se realizó el pasado fin de semana pero contó en la 99.9 los problemas que tuvo con Cultura en nuestra ciudad.
El pasado fin de semana se realizó en la Villa Victoria el Festival de la Juventud, un clásico evento que se volvía a organizar después de mucho tiempo y que no contó con ningún tipo de apoyo por parte del área de Cultura local. Así lo expresó en la 99.9 uno de los organizadores, el músico Fernando “Chicho” Romairone: “comenzamos a las 13 y terminamos 18.30. Cultura no estaba informado con los horarios, tres días antes me preguntaron si era de 12 a 17 y les respondimos que entrábamos a la Villa Victoria a las 8 de la mañana e íbamos a estar hasta las 18.30. Estuvieron un poco desinformados con algunas cosas. 10 días antes nos cambiaron el día y estuvimos a punto de suspender porque la fecha la teníamos hacía 3 meses”.
Como muchos otros eventos en la ciudad, tuvieron que hacer un fuerte trabajo previo porque no es la especialidad de los músicos armar este tipo de festivales y, al principio iban a contar con cierto respaldo del área de Cultura que finalmente nunca se dio: “a pesar de todo, le pusimos un poco de garra y logramos hacerlo. Lo organizamos todos los músicos. Tuvimos varios choques. Al principio estaban comprometidos desde cultura y después aflojaron un poco. Cuando hablé con ellos me dijeron que no me olvide que ellos sólo daban un apoyo. El domingo cuando se hizo el festival, estuvimos los cuatro sólos en Villa Victoria con la gente de la propia Villa que fueron los únicos que estuvieron ahí y nos ayudaron en lo que podían”.
El Festival era un clásico que comenzó hace 40 años y que durante un tiempo nadie lo realizó. Ahora estaban tratando de retomar ese camino, pero es complicado: “todo lo que era publicidad y demás, lo tuvimos que hacer nosotros porque ni siquiera cambiaron la fecha en la programación oficial. Nos llevó mucho trabajo organizar esto y sentimos que si no seguimos nosotros empujando, no se hace más”.
Lo que esperaban ciertamente era un respaldo que no apareció jamás por parte del área de cultura local: “cuando toqué por primera vez en el festival tenía 18 años, hoy tengo 58 y no puede ser que nos muevan así. No somos productores, somos músicos y no pueden tratarnos así”, finalizó.