Será a partir de noviembre. Sólo quedarán aquellos con conexión directa a Internet.
Tras más de un siglo de uso, el teléfono fijo dice adiós en Francia, por lo que sólo quedarán aquellos que funcionen con conexión directa a Internet.
Eso sí, el cambio no será brusco: desde noviembre dejarán de venderse las nuevas instalaciones de líneas fijas y la transformación total regirá a partir de 2023.
Según informó el diario Le Parisien, la empresa Orange, a cargo de la telefonía en Francia, será quien esté a cargo del cambio, por el cual los clásicos cables de cobre y los postes telefónicos quedarán en el pasado.
La operación es delicada: de los 20 millones de usuarios con línea fija que hay en Francia, la mitad usa el viejo sistema en lugar de una versión con conexión directa a Internet.
Esta transformación, claro, también podría traer problemas, desde una fractura más profunda entre la Francia moderna y la rural hasta cómo puede afectar el cambio a las diferentes personas.
“Gente poco habituada a las nuevas tecnologías, pienso en los ancianos, se encontrarán sin teléfono, justamente como se encontraron sin televisión en el momento del paso al digital terrestre. Habrá que vigilar para no dejar en la calle a nadie”, aseguró Olivier Gayraud, experto en comunicaciones en Francia.