El diario italiano La Repubblica señala que lo llamaban “Monseñor 500”, porque supuestamente era dueño de una gran cantidad de billetes de 500 euros.
Y además, indica que el Prelado les pedía a sus amigos empresarios que le cambiaran bloques de 10 y 20 billetes de 500 euros por cheques de 5.000 y 10.000 euros, para que se encarguen de hacer circular el dinero. El monseñor Nuncio Scarano, como se lo conoce, que trabajaba como contador en el Vaticano, fue arrestado en Roma y está acusado de lavado de dinero y malversación de fondos.
También fueron detenidos un agente del servicio secreto italiano y un corredor de bolsa, Giovanni Carenzio, en relación con el mismo caso. Según informa La Repubblica, Scarano intentaba desde Suiza introducir en Italia 20 millones de euros en efectivo en un avión privado. Hace dos días, el Papa Francisco anunció la creación de una comisión para investigar las actividades del banco.
El director del banco había sido reemplazado por Benedicto XVI, sólo un día antes de que éste renunciara al pontificado. David Willey, corresponsal de la BBC en Roma, dijo que Scarano estaba en la mira de la policía italiana por la investigación que le valió el nombre de “Monseñor 500”. Supuestamente, el religioso habría tomado US$700.000 en billetes de 500 euros de una cuenta del banco del Vaticano que habrían sido entregados en fajos de 10.000 euros a sus amigos, para que cambiaran el dinero por cheques descritos como “donaciones para la iglesia”.
“Como ya se ha sabido en los días pasados, monseñor nuncio Scarano fue suspendido de sus deberes en APSA hace más de un mes, tan pronto como sus superiores fueron informados de que estaba siendo investigado”, afirma la Radio Vaticana. La duda que surge ahora es si el Vaticano estará dispuesto a cooperar en la investigación. “Tradicionalmente, el Banco del Vaticano se ha rehusado a cooperar con las autoridades italianas que investigan delitos financieros usando como argumento la independencia soberana del Estado de la ciudad del Vaticano”, explica David Willey, desde Roma. “Pero el Papa Francisco ha mostrado ahora que está determinado a llegar al fondo de las acusaciones de larga data sobre corrupción y lavado de dinero en el Banco del Vaticano”, agrega el periodista.
El Instituto para las Obras de la Religión fue uno de los principales accionistas del Banco Ambrosiano, una enorme entidad italiana que quebró en 1982 y dejó pérdidas de más de US$3.000 millones. Su presidente, Roberto Calvi, fue hallado colgado del puente de Blackfriars en Londres, en lo que se sospecha que fue un asesinato disfrazado de suicidio. Según la investigación, Calvi era un asociado cercano del Vaticano.