Gas: bajan a la mitad las importaciones de GNL en invierno

El Estado ahorrará este invierno al menos unos u$s 500 millones en importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) en relación al año pasado. Se debe a la mayor producción local de gas (casi exclusivamente gracias a Tecpetrol en Vaca Muerta, según señaló recientemente el Instituto Argentino de la Energía General Mosconi) y a la caída de la demanda.

Según los datos que Integración Energética Argentina (Ieasa, ex Enarsa) dio a conocer, Argentina compró a través de dos licitaciones 22 cargamentos por un volumen total de 1251,8 millones de metros cúbicos (MMm3) o unos 10,2 MMm3 por día en el período de cuatro meses (mayo-agosto), que costarán u$s 290 millones.

Los cargamentos que empezarán a llegar a partir del 12 de mayo al barco regasificador ubicado en la términal de Escobar, en la provincia de Buenos Aires, están provistos por la británica BP, la estadounidense Cheniere, las suiza Trafigura y Gunvor, la angloholandesa Shell y la brasileña Petrobras, y costarán en torno a los u$s 6,30 por millón de BTU.

Las importaciones de GNL, de esta forma, caerían a la mitad en comparación con 2018. Es que según comentaron fuentes privadas al tanto de las negociaciones, esperan que haya otra ronda más de licitaciones de gas licuado, según como avance el verano y qué parte de la demanda estimada crean que pueda quedar sin cubrir.

La baja respecto al año pasado es notoria: en 2018, con dos barcos regasificadores en operación (uno en Escobar y el otro en Bahía Blanca, de donde se fue en octubre), llegaron 56 cargamentos por 3720,7 MMm3 -ó 20,3 MMm3 diarios en seis meses, entre abril y septiembre- y se pagaron u$s 1055 millones.

En el primer año de la administración Cambiemos, el Estado se vio obligado a comprar 79 cargamentos de GNL por 5070,7 MMm3 entre enero y octubre (unos 16,3 MMm3 por día) y una suma de u$s 936,5 millones, que fue relativamente baja por el desplome de los precios del petróleo, que rondaron los u$s 30 y u$s 40 por barril durante ese año.

Además, en 2016 el Gobierno, mediante el ex ministro de Energía Juan José Aranguren abrió un nuevo canal de importaciones de gas: las compras temporarias a Chile durante los tres meses más fríos del invierno (de junio a agosto).

Como Chile no produce gas natural, se comercializaron volúmenes que el país trasandino importaba a través de los puertos ubicados en el Océano Pacífico (gas en estado líquido), luego regasificaba y finalmente transportaba por gasoductos que cruzan la Cordillera de los Andes. En principio, esta opción no se necesitaría este año.

Supuestos sobreprecios en las importaciones de GNL fueron la causa que llevó a la cárcel a Julio De Vido, ex ministro de Planificación Federal durante el kirchnerismo, y a su segundo, Roberto Baratta.

Ieasa, la empresa estatal que llevó adelante esta licitación, se encuentra en pleno proceso de recambio de autoridades, tras la salida de su presidente Mario Dell’Acqua y la llegada de Claudia Mundo en su reemplazo.