A los 10 años se perdió en una estación de tren de Pakistán y vivió en varias casas de acogida. El Gobierno indio ya la ha acogido y cuatro familias reivindican su paternidad mientras esperan a las pruebas de ADN.
La siguiente historia no es de Bollywood pero tiene un guión digno del cine de Bombay: la vuelta a casa de una mujer india perdida hace más de una década en Pakistán. Hablamos de Geeta, una joven sordomuda convertida en la última heroína india. Todo apuntaba a que su viaje de regreso iba a terminar con flores, sonrisas y abrazos, pero se ha complicado en el último momento.
Geeta, que ahora ronda los 23 años, tenía unos 10 cuando fue encontrada por agentes de seguridad en la estación de tren de Lahore, ciudad oriental de Pakistán. No se pudo identificar ni saber de dónde venía la menor, de modo que fue llevada a la Fundación Edhi, una organización paquistaní dirigida por Abdul Sattar Edhi y Bilquis Edhi, marido y mujer. Bajo su techo, Geeta ha vivido estos años en sus diferentes casas de acogida de Lahore y Karachi.
Su caso recibió la atención de los medios locales el pasado agosto, después de que se lanzase la película ‘Bajrangi Bhaijaan’, que contaba la historia de una mujer paquistaní perdida en India. La presencia en el reparto de estrellas como Salman Khan y Kareena Kapoor impulsó la campaña para encontrar a la joven que sí estaba realmente en paradero desconocido en Pakistán, el país vecino y eterno enemigo.
El Gobierno indio se comprometió a aceptar su nacionalidad india, buscarla y llevarla de vuelta a casa. Al Alto Comisionado de India en Pakistán iban llegando fotografías que le eran entregadas a la chica para que identificase a sus padres y hermanos. De todas ellas, Geeta reconoció una en la que aparecía Janardhan Mahato, un hombre del estado indio de Bihar que dice ser su padre. Ambos se reconocieron. Primer paso conseguido.
Una vez establecida la conexión, se organizó el viaje de vuelta, que ha tenido lugar este lunes. Después de dar las gracias a su país de acogida durante más de una década, Geeta aterrizó en Nueva Delhi luciendo un ‘salwar’ rojo y blanco y un ramo de flores. Iba acompañada de los miembros de la Fundación Edhi.
“Estamos contentos de que finalmente se vaya a casa (…) No nos estamos despidiendo, podríamos ir a verla y ella podría venir aquí”, dijo Faisal Edhi a la prensa en Karachi.
En la terminal del aeropuerto Indira Gandhi esperaban funcionarios del Alto Comisionado de Pakistán y del Ministerio indio de Asuntos Exteriores y sus supuestos padre y hermano. “Geeta, bienvenida a casa, hija nuestra”, escribió en Twitter la ministra india de Exteriores, Sushma Swaraj. Parecía misión cumplida. Pero no.
Prueba de ADN
Desde un primer momento, el Gobierno indio había concluido que debía hacerse una prueba de ADN cuando Geeta llegase a Delhi para confirmar el parentesco, un examen que ya ha tenido lugar y del que se están esperando los resultados. También se harán pruebas a todo aquel que se identifique como familiar. Por ahora la han reclamado cuatro familias distintas.
“No me importa cuántas pruebas quieran hacer. Si ella me abraza, será la mayor prueba para mí. Pasé cinco años buscándola y he pasado los últimos seis de luto. Esto es como un renacimiento para nuestra familia”, ha dicho el supuesto padre, Janardhan Mahato, al diario ‘The Indian Express’.
Pero ese abrazo no se ha producido. Cuando finalmente Geeta ha visto a Mahato no le ha reconocido. Dice que no es su padre. “Se niega a reconocer a su familia”, según ha afirmado la ministra Swaraj en rueda de prensa junto a la joven.
Las dudas sobre el proceso vienen de antes. Los detalles que contó la familia durante la identificación de la chica no concordaban con los que manejaban las autoridades, pues, según sus declaraciones, perdieron a una hija que estaba casada y con un bebé, algo que ha negado Geeta.
Ante las críticas de quienes acusaban al Ejecutivo indio de haber actuado de forma precipitada, un portavoz de Exteriores dijo la semana pasada que todo el proceso había contado con el “pleno conocimiento y consentimiento de Geeta y de la Fundación Edhi”.
“No es un problema si encontramos o no a sus padres. Es una hija de India y nos haremos cargo de ella”, ha concluido la ministra Swaraj, sonriente al tener a la nueva heroína india de vuelta en su país. La joven ha reconocido sentirse feliz de volver a pisar su tierra. Por ahora, dormirá en una casa de acogida en Indore, Madhya Pradesh, a la espera de los resultados del ADN que ayuden a determinar quiénes son sus padres.