Por debajo de la capa de hielo que cubre a la Antártida, se han descubierto lagos de agua dulce sin conexión directa con el océano. Servirán para estudiar y comprender el transporte de agua y la dinámica del hielo bajo la superficie de hielo continental. Ya han sido identificados unos 400 lagos sobre la base de hielo antártica.
Un grupo de científicos de la ESA, utilizando nuevas medidas adquiridas por CryoSat y datos más antiguos del satélite ICESat de la NASA, consiguió mapear un gran cráter dejado por un lago y calculó la magnitud de la inundación que lo formó.
Los autores del estudio destacaron que es el mayor evento de su tipo que se haya registrado. Esa cantidad de agua es la décima parte de la fusión que se produce bajo la superficie de la Antártida cada año.
La ESA señaló que CryoSat tiene un altímetro de radar capaz de ver a través de las nubes y en la oscuridad, sobre todo en áreas como la Antártida, propensas al mal tiempo y los largos períodos de oscuridad. El radar puede medir el área y la profundidad de los cráteres de hielo en alta resolución, lo que permite calcular con precisión su volumen.