El analista en temas de defensa y geopolítica, habló a través de la 99.9 sobre lo que significa la llegada de los talibanes al poder en Afganistan.
Un nuevo capítulo se abre en la historia de Afganistán con el avance de los talibanes hasta Kabul y la toma del poder nuevamente; algo que inquieta profundamente desde lo político y social a distintos sectores del mundo.
El analista en temas de defensa y geopolítica, Guillermo Lafferriere habló al respecto a través de la 99.9 haciendo hincapié en lo que significa tener en el poder de Afganistán a estas personas: “son los nuevos bárbaros. No son los que construyeron la Alambra, los que miraban estrellas o tenían a Maimónides. Estos van contra todo concepto de cultura respecto de conocimiento, relacionarse con el otro, a tener tolerancia para la convivencia. Creemos que esto no nos afecta, pero si nos afecta”.
Hoy el pueblo afgano está viviendo momentos de desesperación con imágenes de personas colgandose de los trenes de aterrizaje de los aviones buscando salir de Kabul de cualquier manera: “es muy difícil para una ciudadanía, después de muchos años batallando, pedirle que siga aportando sus hijos cuando los resultados que podés mostrarles del sacrificio son tan pobres. Las Fuerzas Armadas de Afganistán cayeron en apenas 48 horas en Kabul. No se ha logrado ninguna meta que le de consistencia al tema”.
Desde su campo de expertisse, Lafferriere indicó que el gobierno de Estados Unidos había hecho una parte del trabajo bien en Afganistán pero no lo completó: “cuando Estados Unidos ingresó a Afganistán en 2000/2001 lo hizo de una manera muy inteligente desde el punto de vista militar. Lo hicieron con fuerzas especiales operando con la Liga del Norte que era el sector afgano que resistía corajudamente al Talibán, con operaciones de inteligencia y ataques aéreos muy puntuales. Así pudieron derrotar al Talibán, lo mejor sería haber hecho eso y después irse para que se arreglen; pero no es propia de la mirada estadounidense”.
A partir de ahí, comenzaron con una manera de intervencionismo, pero se encontraron con una realidad política lejos de ser ideal: “en los 70 trataron de hacer lo mismo con Vietnam, armar al ejército local para que estén en condiciones de asumir el esfuerzo de guerra total para que el ejército de Estados Unidos, pase a ser sólo de apoyo. La idea es buena, el problema está que tanto en Vietnam del Sur como en Afganistán el gobierno central era un desastre con inoperantes, corruptos e ineficientes. No había una conducción política ejemplar para conducir el elemento militar. Entonces se empezó a actuar en espejo con el sistema político”.
Hoy la realidad vuelve a ser preocupante y lo peor es que se trata sólo del comienzo de una historia que nadie sabe muy bien como finalizará.