El especialista en educación criticó las declaraciones de Adriana Puiggrós sobre la utilidad de las evaluaciones en la educación.
Las declaraciones de la viceministra de Educación, Adriana Puiggrós indicando que las evaluaciones estandarizadas fueron utilizadas como elemento de control; ha generado una fuerte controversia y anticipa cambios que pretende implementar el gobierno.
El especialista en educación, Gustavo Iaies, habló en la 99.9 al respecto, indicando que “está equivocada, no pueden ver el uso enorme que las pruebas tienen para los directores de escuela. Lo que se hace es poner un espejo, un buen espejo, para armar un plan de mejora de su escuela y poder trabajarlo”.
En cuanto a las pruebas estandarizadas, agregó que “dan mucha información para conocer distintos aspectos y cada escuela después tendrá sus herramientas. Si nos proponemos alguna mejora, sin evaluaciones es muy difícil. Conocer como estás, nunca es malo”.
Los valores en la escuela deben ocupar un lugar central y para Iaies, es algo que se está tergiversando: “creo que a los chicos como valor, hay que proponerles el mayor esfuerzo para los mejores resultados. Tenemos un problema de discusión de valores que es más serio, hay que plantear que queremos lograr y como hacerlo”.
En ese camino, lo social aporta muchas complicaciones, como el caso de la droga: “tenes que intentar una escuela donde los chicos no estén consumiendo drogas adentro y si podés evitarla afuera también. Falta una generación de adultos que se plante y diga acá se hace esto y aquello; como pasaba hace 30 años donde nos decían que no podíamos hablar como quisieramos. “Así hablá en la cancha, acá hablamos distinto”, nos decían”, indicó como una necesidad.
El lenguaje también se volvió un tema de discusión en las escuelas y también lo analizó el especialista: “está bien que los chicos tengan un código en la calle, pero dentro de la escuela no se debe enseñar ese código. Hay que construir una escuela contra cultural con valores propios, pero los adultos deben abrazarla y bancarla al 100%. Si hay padres que apoyan, a la escuela se le hace más fácil”. En ese sentido, luego agregó que “tenemos que dejar de jugar los adultos a que somos como los chicos, nos tiene que dar menos vergüenza plantear las reglas. Los chicos necesitan que no seamos como ellos, porque necesitan parámetros”.