Revelan que, al menos en 2014, hubo un 30% más que el número oficial.
Pocas estadísticas oficiales no fueron alteradas en los últimos años. Y las que cuentan los muertos en las rutas no fueron la excepción.
Según una auditoría interna que circula en los escritorios de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, la cantidad de víctimas en accidentes en rutas y caminos fue manipulada para mostrar efectividad en la gestión. En 2014, el número que publicó el Observatorio de Seguridad Vial, dependiente del organismo, fue de 4060 fallecidos en el lugar del hecho y 5279 víctimas fatales en total, si se toman en cuenta quienes murieron en los 30 días posteriores como consecuencia del accidente. Pero no habría sido así.
“El sistema para medir las muertes en los siniestros en la Argentina no es confiable. Creemos que la cifra de 5279 víctimas de 2014 es imprecisa y que murió más gente de la que se reconoció oficialmente. Se estima que hay un subregistro. En otras palabras: actualmente en la Argentina se desconoce el total de muertos por siniestros viales”, dice un párrafo del informe que circula por despachos oficiales.
Lo que habría pasado también en la Agencia de Seguridad Vial fue un engaño. Al menos en 2014, aunque podrían ser más períodos, las provincias de Santa Cruz, Córdoba y Buenos Aires no entregaron sus formularios con la información sobre los fallecidos en accidentes en rutas y caminos.
Y el Observatorio no fue sincero: nunca informó sobre la falta de esos datos, hizo una estimación con las cifras que habían entregado esas provincias el año anterior y las publicó como provisorias.
La sospecha tiene números concretos. “Estimamos que los datos están por debajo de lo que pasó en las rutas argentinas en un 30%; la cifra verdadera está muy cerca de lo que publica la asociación Luchemos por la Vida”, dijo una alta fuente oficial.
El número que publicó esa ONG, una de las entidades históricas que releva los datos de accidentes de tránsito en la Argentina, llega a 7613.
La sospecha es que éste es el dato más cercano a la realidad. Pero no es oficial. Para la entidad de bien público, Buenos Aires tuvo alrededor de 2230 muertes en las rutas o como consecuencia de accidentes ocurridos en ellas. Nada de eso está en las cifras que la Agencia manejaba hasta ahora.
Los datos preliminares de 2015, que aún no fueron publicados oficialmente por el Observatorio Vial porque están siendo procesados, arrojan 4829 fallecidos totales. Si las sospechas se cumplen, seguramente serían muchos más.
La Agencia Nacional de Seguridad Vial fue creada en 2008 y se financia con el 1% de cada una de las pólizas de seguros de automotores que se emiten en el país, casi un privilegio financiero. El año pasado, por caso, el presupuesto con el que contó el organismo llegó a 529 millones de pesos.
Ese monto incluye lo que el ente recauda, por ejemplo, con la expedición de las licencias de conductor y el dinero presupuestario que se acumula con aquel porcentaje de las pólizas de seguros.
Para 2016, el organismo, que cuenta con una planta de 660 empleados, tiene autorizado giros por 659 millones de pesos, según los datos que ofrece el Ministerio de Hacienda.
La Agencia nació con el color naranja. Autos, helicópteros y hasta una vieja estación de servicio ubicada en el kilómetro 145,5 de la Ruta 2, a la altura de la localidad de Monasterio,fue pintada de color vivo para transformarla en un centro operativo.
Pero la pelea política, cromática en este caso, metió la cola. Como el naranja era el color del entonces gobernador, Daniel Scioli, se decidió cambiarlo para que la provincia no se beneficiara de las políticas nacionales.
“Azul Randazzo”
Surgió el llamado “azul Randazzo”, con el que el entonces ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, coloreó desde trenes a documentos. Toda la flota, al igual que la estación de servicio, se volvió a pintar. El gasto de semejante pintura se pagó con un porcentaje de las pólizas.
Además, documenta el trabajo, se tergiversó información en 2014. “La Ciudad de Buenos Aires le reportó al Observatorio 85 muertes en el lugar del hecho. El Observatorio, sin embargo, publicó 75 fallecidos en el lugar y 98 víctimas totales. El organismo manipuló las cifras que le entregó la Ciudad a su antojo y publicó una cifra menor a la real”.
La performance que mostraba la Agencia la llevó a ganar premios internacionales. A fines de mayo de 2013, Randazzo, por entonces ministro del Interior y Transporte, recibió el Premio Internacional del Príncipe Michael por su gestión en la Agencia de Nacional de Seguridad Vial. El galardón está patrocinado por el Príncipe Michael de Kent, miembro de la realeza británica, y por la Organización Mundial de la Salud, que premia a las instituciones o empresas que contribuyan a la mejora de la seguridad vial.
“Estoy encantado de ver el progreso que han hecho en Argentina. El liderazgo mostrado por la Agencia y el gran apoyo que han recibido del Banco Mundial verdaderamente está teniendo efecto con el entendimiento del público general de la necesidad de carreteras más seguras, mejor conducción y más controles”, dijo el Príncipe Michael en un mensaje grabado.
Hubo también algunos premios en Europa por la performance de la política pública. El Banco Mundial acompañó con créditos y alguna vez declaró que la Argentina había destacado en la agenda oficial la seguridad vial.
Pero las estadísticas no eran verdaderas. Mientras tanto, los premios se sucedieron. Casi como un deportista que se corona y años después se conoce que estaba dopado.