Las medidas de seguridad que actualmente se utilizan en los aeropuertos, sobre todo los de Estados Unidos, han causado algunos problemas cuando algunas personas, ante las preguntas que realizan los empleados, han hecho bromas sobre que tienen bombas o elementos que pueden generar un trastorno en los vuelos y pasajeros.
“¿Carga material peligroso?”, fue la pregunta de una de las empleadas del aeropuerto a Alejandro Hurtado, un guatemalteco de 63 años de edad, quien contestó: “Tengo dinamita en mi maleta”. Inmediatamente, una gran parte del aeropuerto de Miami fue evacuada, algunos vuelos se retrasaron hasta cuatro horas, 1.027 pasajeros se vieron afectados y Hurtado fue arrestado y sancionado por “reportar falsamente una bomba en un aeropuerto”.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) gestiona la seguridad en los aeropuertos, metros y ferrocarriles estadounidenses, y con el fin de evacuar algunas dudas sobre lo que se puede hacer o decir y lo que no, tiene un blog para “facilitar el diálogo sobre las innovaciones en seguridad, tecnología y los procesos de escaneo en los puntos de chequeo”.
Desde su fundación, creada por el presidente George W. Bush, la TSA había gastado US$60.000 millones en mantenimiento. Tiene más de 60.000 empleados y recibe un promedio de 900 quejas formales al mes. Además, desde 2007 se han instalado 700 escáners.
En los últimos días, en el blog se contaron varias anécdotas para tratar explicar cuáles son los chistes que no se pueden hacer en un aeropuerto. Estos son algunos de ellos:
En el punto de seguridad del aeropuerto de Chicago, donde los pasajeros deben quitarse ciertas prendas, un pasajero dijo: “¿También tengo que quitarme la pistola?”
Un pasajero en Denver oyó a otros pasajeros decir “espero que no salgas de la puerta de embarque A-37, porque va a desaparecer con una explosión”. Informó a los oficiales y varios vuelos fueron retrasados.
Un pasajero en Orlando que estaba pasando sus maletas por rayos X dijo: “¿Se pueden pasar bombas nucleares?”
Un individuo entró al aeropuerto del condado de Knox y dijo que los aviones estaban haciendo mucho ruido: “Si no se detienen, voy a dispararle a uno”, chistó. Pasó un día en la cárcel.
“Tengo una bomba atómica en mi maleta”, dijo una mujer en el aeropuerto de San Juan, quien tuvo que rendir cuentas ante las autoridades puertorriqueñas.
“Cuidado, hay una bomba en mi maleta”, afirmó también un pasajero en Flint (Michigan). No pudo viajar.
“Tengo dos detonadores dentro de las latas”, expresó un hombre en Phoenix (Arizona), después de que le prohibieron pasar el puesto de seguridad con dos latas de soda.
“No tengo bombas, al menos no por ahora”, exclamó una pasajera en Amarillo, Texas.
Después de enterarse que su maleta no estaba en su vuelo, un pasajero en Las Vegas le dijo a un agente: “Imagínese que tuviera una bomba en la maleta. No estoy en el avión y explotaría”.
El blog de la TSA también presenta fotos de las armas blancas y de fuego que han confiscado. Por ejemplo, durante la última semana de marzo confiscaron 32 armas de fuego, 23 de ellas cargadas.
“Seguimos encontrando granadas de mano y otras armas semanalmente. Por favor, tengan en cuenta que si un artículo se ve realmente como una bomba, granada, mina, etc, está prohibido; sea real o no”, decía en el blog.