Hay dudas sobre los datos aportados por Barreiro en la causa La Perla

Tras la repercusión de su declaración, el represor dijo que construyó la lista de nombres y de posibles lugares de enterramientos clandestinos sólo con información que ya está en las causas.

Ernesto-BarreiroEl represor Ernesto Barreiro, jefe del excentro clandestino de detención de La Perla, dijo que el listado de nombres de personas desaparecidas que entregó surge de las causas que ya existen.
Es decir, que no rompió ningún pacto de silencio, que no reveló ningún dato nuevo y que supuestamente ninguno surge de su experiencia en ese núcleo del terrorismo de Estado.
Barreiro viene afrontando un megajuicio por delitos de lesa humanidad y el martes entregó ese listado con posibles lugares de enterramientos cerca de La Perla. El Tribunal Oral Federal Nº 1 lo llevó a él y a otros sospechosos a una inspección ocular, que no arrojó novedades.
Ahora, con la repercusión internacional de sus declaraciones, Barreiro y otros represores se aprestan a realizar una denuncia contra la fiscal federal Nº3 Graciela López de Filoñuk, quien investigó todas las causas de lesa humanidad.
El que sigue es el resumen de una entrevista telefónica de 25 minutos con Barreiro (llamó a esta Redacción desde un teléfono público de Bouwer).

–¿Cómo surge ese listado?

–Cuando vine a Córdoba, comencé a compenetrarme en todos los hechos. Con un grupo de camaradas presos, comenzamos a trabajar en pulir y sacar información que hay en los expedientes. Comenzamos a hilvanar cosas, recuerdos, información. Eso es lo que en mi declaración ante el tribunal yo dije claramente, además de hacer una introducción de media hora: “Podrían ser tales personas”.

–Es una deducción suya a partir lo que ha revisado en la causa…

–De todo el trabajo que estamos haciendo y que va a dar más frutos adelantes. No es que yo estuve ahí ni que llevamos los muertos.

–Muchos se preguntaban por qué había decidido hacer este “aporte”. Incluso en el Día de los Derechos Humanos, teniendo en cuenta también que están por preparar una denuncia contra la fiscalía que ha instruido las causas. ¿No es parte de una estrategia para deslegitimar el juicio?

–Al contrario, le pusimos pimienta al juicio. Además, en cada audiencia del juicio que se me permite yo hablo. Y expongo con extrema seriedad, con fundamentos.

–¿Recordaba esos hornos de cuando usted había estado en La Perla?

–Nunca estuve en los hornos.

–¿Nunca?

–Trabajamos sobre datos. Hay fotos. Hay una causa que se llama enterramientos clandestinos. Hay mucha información. (…) Hay una reticencia absoluta a encontrar la verdad, porque hay un gran negocio detrás de todo esto. Resulta que yo proporciono nombres en una audiencia y en vez de decirme: “Bueno, Barreiro, a ver, adelante. Hagamos… cómo podemos seguir juntos”. Salen a atacarme. ¿Puede considerar que esto tiene algún sentido lógico? Ahora soy objeto del ataque de las querellas y compañía. Me parece que le estoy escupiendo el asado a alguien.

–Por radio Mitre Córdoba usted habló y dijo que en La Perla no había muerto nunca nadie. Es difícil entender esa afirmación a la luz de todos los testimonios que hay, no sólo por los pronunciamientos de la Justicia. Hay personas que faltan, que habían sido detenidas…

–Le entiendo la pregunta. Separemos bien las cosas. Si lee bien lo que dicen los testigos, son muy claros algunos: venían camiones verdes y se llevaban a los detenidos. Es clarísimo.

–¿Lo que usted me está queriendo decir es que su trabajo llegaba hasta lo que pasaba dentro de La Perla?

–Exactamente.

–Lo que pasaba después usted no lo sabe…

–Exactamente.

–¿Y no se comentaba en el Ejército qué pasaba con esos detenidos que se llevaban?

–Mire, comentarios pueden haber habido miles. Yo no le puedo decir… Uno cuando está compenetrado con el trabajo que nosotros hacíamos, que era muy intenso, que exigía una compenetración y una seriedad formal, le guste a quien le guste, nosotros intentamos hacerlo seriamente. Rumores y chismes, miles. Yo era un teniente primero. Y muchos de los que me secundaban eran suboficiales. No estábamos dispuestos a ponernos a especular sobre otra cosa que no fuera nuestro trabajo. Era realmente muy engorroso.

–Negó las torturas.

–Eso está explicado en las acusaciones. Tiene que considerar que estoy en un juicio, de modo que tengo que restringir algún comentario. No sólo puedo o no perjudicarme a mí sino que tampoco me puedo permitir perjudicar a otros por acción u omisión.

–Con respecto a esta decisión de aportar datos “por respeto a los deudos” y encontrar los cadáveres de estas personas, como dijo… se especulaba también que usted podría buscar algún tipo de beneficio en la sentencia.

–Nada de lo que yo dije ayer tiene la posibilidad de beneficiarme a mí en particular. En algún momento aclararé por qué.

–Tal vez no en una sentencia, pero ¿en condiciones de detención?

–No, yo soy un tipo sano. Tengo los achaques de un tipo de 67 años. No puedo ser beneficiario de ningún tipo de ventaja. Lo que sí debo recalcarle es que ya llevamos 273 muertos en cautiverio.

–Usted dijo que cuestionaba la forma en que se encaró la represión.

–Absolutamente. Estuve en contra del proyecto político y de cómo se hacían las cosas.

–¿Estuvo en contra de las desapariciones forzadas de personas y de las violaciones a los derechos humanos que se cometieron?

–En contra de los mecanismos que se utilizaron en general. El proceso realizó o materializó una legislación muy completa para proceder y sin embargo no la usó. Estos son comentarios que fui desarrollando… yo estuve en contra del golpe. Mi convicción era otra: combatir contra las organizaciones que querían que la Argentina fuera Cuba. Eso lo voy a defender a muerte. Otra cosa es cómo se hizo. Yo era un eslabón, como mis subalternos, los últimos eslabones.

“Muertos en cautiverio”

“Debo recalcarle que ya llevamos 273 muertos en cautiverio”, dijo Barreiro. Se refirió con esa expresión a los fallecidos mientras estaban presos por delitos de lesa humanidad.