Historias verdaderas

“Si analizas estos eventos sueltos, se puede decir que el calentamiento global es todo cuento. Pero tomados en conjunto, confirman exactamente lo que los científicos pronosticaron que sucedería si seguimos quemando combustibles fósiles, como hemos venido haciendo”. Michael Mann, Universidad de Pensilvania.

pag.10 aDerretimiento del hielo polar, calores extremos, sequías en zonas inesperadas o lluvias tropicales donde nunca las hubo; veranos tórridos precedidos por  inviernos letales. En la Ciudad de Buenos Aires, la jornada previa a la Navidad alcanzó una sensación térmica de 44 grados, aunque una medición experimental la ubicó en más de 50. Después de la lluvia, la temperatura bajó 12 grados.

El lunes 24 por la noche, entre la cena y los festejos de Nochebuena, una masa de aire frío entró al continente desde el sudeste. El primer lugar afectado por la lluvia fue la Costa Atlántica, con foco en nuestra ciudad. Las fuertes ráfagas de viento, con abundantes precipitaciones en un corto período, sumadas a la caída de granizo y la fuerte actividad eléctrica, obligaron a cambiar los planes del festejo. También generaron un apagón, caída de árboles y del tendido eléctrico. En Córdoba, el viento y el granizo destrozaron la localidad de Jovita; y en Santa Fe fallecieron cuatro personas por el desborde de un arroyo.

En una amplia región de Sudamérica -con un énfasis particular en el norte de Argentina- y África se registraron en 2012 temperaturas superiores a las normales. A las sequías sufridas en Europa se agregó el fenómeno opuesto: inundaciones que golpearon a varios países africanos y a ciertas regiones del sur de China. Argentina, según indica la Organización Meteorológica Mundial, registró en agosto “lluvias e inundaciones récord”.

Los negadores del cambio climático aseguran que todo lo sucedido está dentro de lo normal. Mientras tanto, la inmensa mayoría del mundo científico nos avisa que, si bien siempre hubo fenómenos extremos, hay algo que demuestra que esto está por fuera de la normalidad: el número y la constancia de estos fenómenos y la velocidad de los cambios.

La conferencia de la ONU sobre cambio climático, realizada en 2012 en Doha, Qatar, confirmó que las negociaciones internacionales para enfrentar el problema avanzan sin pausa en la dirección correcta; pero también aseguró que todo se hace a un ritmo demasiado lento. En Doha, todos los países convocados reconfirmaron su determinación de llegar a un acuerdo aplicable a todos y basado en los últimos avances de la ciencia, con objetivos a cumplir para diciembre de 2015, a más tardar. Pero todavía no concretan sus intenciones con la implementación contundente e inmediata de lo que ya prometieron.

A mediados del mes de diciembre pasado, se filtró un borrador del IPCC  (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), un grupo de científicos que estudia la problemática del calentamiento global. El borrador del sumario realizado para informar a grupos políticos, fechado el 5 de octubre pasado, insiste en que el calentamiento es inequívoco y lo vincula a la emisión de gases de efecto invernadero.

Es extremadamente probable que las actividades humanas hayan causado más de la mitad del incremento global de la temperatura media observado desde 1950. Hay mucha confianza en que esto ha causado cambios a gran escala en el océano, en la criosfera y en el nivel del mar durante la segunda mitad del siglo XX. Algunos eventos extremos han cambiado, como resultado de la influencia antropogénica”, señala el borrador. En la terminología del IPCC, “extremadamente probable” implica una probabilidad mayor al 95%.

Para casi todos los escenarios, el estudio prevé que la temperatura subirá más de dos grados hacia fines de este siglo (hasta 4,8°C) y que el nivel del mar se incrementará 29 y 82 centímetros (frente al rango de 18 a 59 predicho en 2007). El documento fue elaborado a partir de estudios publicados en revistas científicas y revisados por especialistas, y recopila el conocimiento científico producido hasta el momento; no busca aportar grandes novedades pero sí  reunir lo estudiado y establecer un consenso científico. Entre los datos filtrados, se afirma que la concentración actual de CO2 en la atmósfera es la mayor en 800.000 años y que el espesor del hielo ártico se ha reducido a la mitad entre 1980 y 2009.

En Latinoamérica no estamos exentos del impacto generado por el cambio climático. Los glaciales se derriten en los Andes, los corales se blanquean en el Mar Caribe, las lluvias extremas afectan a Colombia y a la cuenca de los ríos que comparten Guatemala y México. Un grupo de investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en asociación con el World Wildlife Fund (WWF), buscó cuantificar el impacto económico causado en la región debido al cambio climático. El informe final, titulado “El Desafío Climático y de Desarrollo en América Latina y el Caribe”, muestra que un aumento de 2°C en la temperatura puede generar pérdidas económicas anuales cercanas a los U$S 100.000 millones para el 2050. Las mayores mermas serían consecuencia de la disminución en la exportación de productos agrícolas, el aumento del nivel del mar, la reducción de la producción hidroenergética en Brasil, el blanqueamiento de los corales y la pérdida de biomasa en la selva amazónica.

Por otro lado, el derretimiento de los glaciares en los Andes podría afectar el suministro de agua de grandes ciudades y también a las actividades agrícolas, entre otros problemas. En Chile, por ejemplo, el 70% del agua utilizada por la población llega de los glaciares, según un estudio publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). “Los glaciares tropicales de los Andes se están derritiendo a una velocidad que puede afectar a los que se encuentran a menos de cinco mil metros sobre el nivel del mar en los próximos 20 años”, afirma W. Vergara, jefe de la División de Cambio Climático y Sustentabilidad del BID y líder del estudio.

pag.10 bEl aumento resultante del nivel del mar podría amenazar a los manglares y poner en riesgo el hábitat de una variedad de especies en países como Ecuador, Brasil y Colombia. Además, el BID afirma que el fenómeno ocasionaría daños a rutas, puertos y viviendas. Solamente en la región del Caribe, el aumento de un metro en el nivel del mar costaría US$ 68.200 millones para el 2050, por los costos de reconstrucción de infraestructura, reubicación y pérdida de territorio; así lo asegura el informe titulado “Reduzca el Calor” publicado por el Banco Mundial en el último mes de noviembre. Se estima, también, que las pérdidas anuales por disminución de las exportaciones agrícolas en la región podrían rondar los US$32.000 millones y los US$54.000 millones hasta el 2050.

La pobreza y la desigualdad, males persistentes en la región a pesar del crecimiento económico, pueden agravarse con los impactos del cambio climático”, sostiene Mayte González, consultora del Portal Regional para Transferencia de la Tecnología y la Acción Frente al Cambio Climático. “Muchos países de la región que no emiten altos niveles de gases invernadero y son vulnerables a su impacto, deben recibir financiamiento y cooperación multilateral y bilateral”, expresó.

 

Es la crisis…

pag.10 cHan pasado sólo seis años desde que un documental sobre el cambio climático (“Una verdad incómoda”, de Al Gore) recaudó 24 millones de dólares en la taquilla en Estados Unidos. Desde entonces, el país no hizo nada significativo en relación al tema. La cuestión climática ha desaparecido del radar nacional; a pesar, incluso, de que las evidencias científicas se acumulan. A los líderes políticos les dejó de interesar, al margen de alguna obligatoria mención ocasional; en gran parte, porque a los votantes tampoco les interesa.

Pero no faltan evidencias científicas. Los riesgos asociados al hecho de arrojar demasiado carbono a nuestra atmósfera se han evidenciado de forma creciente durante los últimos seis años. Pero los que rechazan el cambio climático se beneficiaron de la pésima situación económica.

La economía es lo que explica esa frágil preocupación. Más de 30 años de datos y encuestas muestran que los temores de la gente respecto al medioambiente se corresponden más estrechamente con los altibajos de la economía que con ninguna otra tendencia.

 

Agricultores chaqueños

En la ciudad argentina de Resistencia, Chaco, se realizó un taller para identificar estrategias capaces de mejorar la adaptación a los impactos de la creciente variabilidad climática. El encuentro estuvo organizado por el INTA, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, la Oficina de Riesgo Agropecuario y la Unidad para el Cambio Rural (UCAR).

Para los agricultores familiares del noreste argentino, el cambio climático es un factor que aumenta su vulnerabilidad. Desde hace 30 o 40 años Argentina presenta marcadas tendencias de variabilidad. En el NEA, por ejemplo, las precipitaciones medias anuales aumentaron entre un 10 y un 40 % desde 1970. Estos cambios reducen los recursos y la capacidad de adaptación de los agricultores.

Las acciones propuestas por el INTA y otras organizaciones de Chaco, Corrientes, Santiago del Estero y Santa Fe abordan ejes temáticos en torno al agua, la transferencia de riesgo y el manejo productivo. Las acciones se incluirán en el marco del proyecto “Adaptación y Resiliencia de la Agricultura Familiar del Noreste de Argentina”.