El Director Nacional de Migraciones del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda se refirió en la 99.9 a la política de migraciones que hay en la Argentina en estos últimos años: “Hay que entender a la migración como sustento para un país”.
La migración ha tenido, en los últimos años, un cambio en su aplicación. Mayor y mejor calidad de controles, tecnología al servicio de la información de los migrantes e incluso la presencia de Interpol Internacional son algunas de las apuestas que se hicieron con un resultado positivo.
El Director Nacional de Migraciones del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Horacio García, dio detalles en la 99.9 sobre este delicado tema abandonado durante años por el gobierno de Cristina Fernández: “es un país que estaba descuidado en este tema, no había Interpol en las fronteras. El servicio se implementó a los 6 meses de asumir, eso significa no tener información de la restricción que el mundo le pone a los delincuentes. Nos trae 160 millones de restricciones promedio que los jueces del mundo le informan a Interpol. Esto en Argentina se cargaba a mano y con discrecionalidad de los funcionarios para cargar lo que querían o podían”, comparó.
Tampoco se podían conocer sentencias previas de las personas que cruzaban por lo que era difícil diferenciar a quienes eran delincuentes: “no teníamos información de reincidencia, no estaban cargadas en migraciones. Los extranjeros que eran condenados en Argentina podían entrar y salir sin problema porque no estaba registrado. Tenemos más certezas y esto posibilitó la implementación de las puertas biométricas que hacen el trabajo electrónico. Si la persona tiene algún inconveniente, se lo lleva al “cuartito” y se le pregunta exhaustivamente”, repasó sobre el proceso.
Claro que controlar toda la frontera nacional es una arduo trabajo, pero al menos por los controles que son habilitados, no puede cruzar nadie que tenga o haya tenido delitos en su haber: “Argentina tiene 9.470 kilómetros de frontera. Para tener un parámetro, Estados Unidos y México tienen una frontera de 3.000 kilómetros y han ingresado 12 millones de personas de forma ilegal. Cuando las fronteras con tan largas, la posibilidad de filtración es real, pero no podemos permitir que pasen por pasos habilitados y hoy los tenemos todos interconectados”, destacó García.
Este sector, durante muchos años estuvo descuidado por impericia o por complicidad, pero no se controlaba de la manera que se debía hacer: “hubo una mirada laxa respecto del delito complejo como la droga, tráfico y trata de personas, contrabando de armas. Pasó algo muy grave con el delito y la connivencia o por lo menos una mirada complaciente. Cuesta mucho expulsar a delincuentes de Argentina, hoy hicimos una mejora para que en seis meses se pueda hacer lo que antes tardaba años. Es una minoría dentro de las 760.000 personas que radicamos con el mayor estándar del mundo. Los que rompen el contrato de confianza, no pueden estar más en la Argentina”, afirmó.
También el funcionario planteó otro tema central: que hacer con las personas de bien que migran. “Ahí tenemos que hacer lo que se hacía en el 1900 orientar el flujo migratorio hacia donde Argentina necesita trabajo productivo. Estamos en contacto hoy con San Juan, Chubut, Río Negro y Neuquén para ver las demandas insatisfechas de las provincias. En todas faltan médicos, ingenieros, técnicos, oficios y personal para el corredor frutihortícola. Los migrantes hoy se radican electrónicamente y hablan de la experiencia laboral en su país”.
Lejos de lo que se piensa habitualmente, Horacio García convocó a pensar en la migración como una necesidad de enriquecimiento social y laboral para el país. “En este año tenemos el récord de ingresos de venezolanos superando a los paraguayos y bolivianos que eran los principales migrantes. Es una migración joven, el 51% de las 100.000 personas que se radicaron en Capital Federal son universitarios. La migración también es un ida y vuelta en talento, no se trata sólo de que se van dos ingenieros argentinos, porque han venido 7.600 ingenieros venezolanos, muchos de ellos con expertise en petróleo que no es común acá. Ese es el juego de entender a la migración como sustento para un país”, finalizó.