Empleados de una empresa de plásticos ubicada en el noroeste de Alemania, fueron hospitalizados después de comer panecillos con raticida que alguien había dejado en la puerta de la sede de la compañía.
Si bien ninguno de los 25 afectados corre peligro, la policía está investigando quién fue el autor del hecho. “Estamos poniendo todo nuestro empeño en esclarecer el asunto“, garantizó Andrik Hackmann, portavoz de las fuerzas de seguridad.
La caja con los panecillos estaba en la puerta de la empresa, situada en la localidad de Steinfeld, con una nota en la que decía que se trataba de un regalo y que el contenido se podía comer. Los empleados se percataron de que los panecillos presentaban en su superficie una extraña sustancia y, para evitar inconvenientes, algunos optaron por acudir al hospital de forma preventiva.
Unos 150 voluntarios de los servicios de rescate fueron a la empresa para ver si otros empleados necesitaban ser hospitalizados. Los panecillos restantes fueron incautados por la policía y una muestra fue enviada a Berlín para ser analizada. Allí fue donde se conoció que la sustancia que contenían era un raticida. Los afectados aún continúan bajo observación ya que, según indicó la policía, el veneno podrían sufrir efectos prolongados.