Deben saber leer y escribir, tener entre 21 y 75 años y no poseer condenas.
Hoy se sortearán los nombres de los 12.000 ciudadanos de la Provincia de Buenos Aires que podrán ser convocados para participar como jurados en juicios orales y penales.
El gobernador Daniel Scioli participará del acto en el Salón de Sorteos del Instituto Provincial de Lotería y Casinos, donde se designarán 6.000 hombres y 6.000 mujeres que quedarán habilitados a actuar como jurados. Los ciudadanos seleccionados integrarán un padrón que, una vez depurado de acuerdo con las prohibiciones y los requisitos exigidos por la ley, será enviado a la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires.
Este tribunal -a través de una oficina judicial- dispondrá un nuevo sorteo, esta vez por departamento judicial, cada vez que un imputado de delitos graves, con penas superiores a los 15 años de prisión, formule un pedido.
“Dentro de los cuarenta días hábiles anteriores al inicio del juicio, la oficina judicial procederá al sorteo de 48 personas de la lista oficial, las cuales serán inmediatamente convocadas para integrar la audiencia de selección de jurados”, según dispone la ley.
Los doce ciudadanos que sean finalmente seleccionados para actuar como jurados deben vivir dentro de la jurisdicción en la que se ventile el caso y sus identidades deben mantenerse en secreto.
Los jurados se sortearán mediante los tres últimos números del documento nacional de identidad. Deben ser mayores de 21 años y menores de 75.
Saber leer y escribir
Es requisito saber leer y escribir. No podrán ser convocados quienes sean abogados, escribanos, funcionarios públicos, miembros del Poder Judicial ni ciudadanos con procesos por delitos.
El ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, participará junto con el gobernador Scioli del acto que dará cumplimiento a la ley 11.922 sancionada por la Legislatura de la provincia un par de semanas atrás. Esta norma modificó la ley 14.543 de juicio por jurados y quitó la competencia del sorteo a la Junta Electoral, para pasar esta facultad al Ministerio de Justicia.
Cada jurado, compuesto de doce miembros, será convocado a pedido de los imputados que decidan elegir este sistema en lugar del procedimiento tradicional del juicio. En el momento del juicio, los jurados otorgarán el veredicto y se requerirá una mayoría de 10 miembros sobre 12 para dictarlo. La sentencia será aplicada por un juez que guiará todo el proceso.
Participación del pueblo
Pocas horas antes del sorteo, el presidente de la Cámara de Casación bonaerense, Federico Domínguez, aseguró que el juicio por jurados “promueve la participación del pueblo en la administración de la Justicia”.
Domínguez admitió, no obstante, que el proceso por jurados despierta algún tipo de resistencia entre los abogados porque la universidad no forma a los profesionales para actuar en este tipo de instancias. El titular del máximo tribunal penal de la provincia de Buenos Aires sostuvo que “el juez que viene imbuido de una tradición colonial se resiste a perder la autoridad”. Además, el camarista enfatizó que los magistrados “no entienden que con esto se liberan de toda crítica pública respecto de la decisión que tomen en el momento de conducir el debate”.
En declaraciones formuladas a Radio Provincia, el juez Domínguez dijo que “el juez tiene que actuar como un maestro de escuela primaria, ya que tiene que traducir al lenguaje común lo que dicen los letrados: le tiene que enseñar al ciudadano común que ‘decúbito dorsal’ quiere decir estar ‘de espaldas’“.
Al hablar sobre los alcances de la ley, el magistrado recalcó que para los ciudadanos ser jurado “es una carga pública” de la que solo se pueden excusar por razones sumamente valederas y resaltó que “si uno se queja de la inseguridad y de los fallos judiciales, que vaya y ejerza el derecho”. El juez Domínguez precisó que esta modalidad de juzgamiento ya había sido establecida en la Constitución de 1853.