Investigadores locales distinguidos por crear bebidas y panificados saludables

“La harina de algarroba disminuye la cantidad de azúcar refinado que se agrega a bebidas y panificados. Sirve para la dieta de personas celíacas y, debido a su contenido en fibra y compuestos antioxidantes, reduciría las chances de desarrollar ciertos tipos de enfermedades crónicas no transmisibles, como obesidad y cáncer”.

Es la explicación en lenguaje llano de un proyecto de investigación que se desarrolla en el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (Cidca), en la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata, que fue distinguido recientemente con el premio ArgenINTA.
El proyecto que “busca agregar valor al fruto del algarrobo” es dirigido por la joven doctora Cecilia Puppo. El equipo del Cidca que encabeza y que trabaja junto con la productora santiagueña Nancy Campos obtuvo el 1º puesto en la categoría “Valorización de especies y productos típicos locales”.
Con el tradicional premio ArgenINTA, el organismo reconoce e impulsa experiencias, emprendimientos e investigaciones que “aporten a mejorar la calidad de los alimentos. Este año, el reconocimiento fue compartido por proyectos que recuperan un producto del norte argentino: (el platense) la harina de algarroba como “Agregado de valor al fruto del algarrobo del noroeste”, y “El monte santiagueño nos da alimentos sin gluten”, de la Universidad Nacional de Santiago del Estero.

PRIMERO FUE UNA TESIS

El trabajo sobre la algarroba reconoce su origen en la tesis doctoral de Leonardo Sciammaro, quien, junto a la directora de su trabajo final, Cecilia Puppo, entablaron vínculos con la productora santiagueña Nancy Campos, quien fue “clave para el conocimiento del manejo del fruto y sus derivados, aportando su saber hacer”, destacó la actual vicedirectora del Cidca.
Durante el desarrollo de su tesis, Sciammaro fue reemplazando los ingredientes no saludables de las barritas de cereales que se comercializan en el mercado “con el fin de obtener un alimento más sano. La harina de algarroba obtenida a partir de las vainas provenientes de Santiago del Estero resultaron una alternativa por demás interesante”, se explicó.
“El uso de harina de algarroba en diferentes alimentos permite valorizar un fruto que hasta el momento está subutilizado para el consumo humano. Esta harina, además, posibilita disminuir en forma significativa la cantidad de azúcar refinado que se suele agregar a bebidas y productos panificados como madalenas y galletitas, convirtiéndolos en alimentos más saludables, que no sólo sirven para la dieta de personas celíacas sino que también contribuyen a disminuir las chances de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles, como obesidad y cáncer, entre otras”, subrayó la vicedirectora del Cidca, María Cecilia Puppo.
En Ciencias Exactas puntualizaron que el dinero que recibirán por el premio “permitirá que la productora Nancy Campos pueda adquirir equipamiento para mejorar su producción, incorporando un molino, una sobadora y una amasadora. Así, la Universidad devuelve a la comunidad gran parte del aporte que nos brinda, tanto en el sostenimiento de la casa de estudios como desde los saberes ancestrales que nos brindan los productores para poder llevar adelante estas investigaciones”, resaltó Puppo.
En la Región, el Cidca desarrolla investigaciones en busca de alimentos saludables “aprovechando los subproductos de especies del cordón hortícola platense, como el tomate y el alcaucil, para producir harinas enriquecidas en fibra y moléculas antioxidantes con los desechos de esas producciones”, finalizó.