Un grupo de físicos estadounidenses creó un test experimental para comprobar o no la teoría de que vivimos dentro de un cosmos artificial.
Existe una teoría según la cual vivimos en un universo artificial. La hipótesis fue propuesta por Nick Bostrom, profesor de Filosofía de la Universidad de Oxford, quien publicó un trabajo en 2003 diciendo que el Universo donde vivimos podría no ser más que una simulación informática. Por tal motivo, un grupo de físicos de la Universidad de Washington desarrolló un método para poner a prueba la idea y saber probar si es o no cierta.
En la actualidad, las supercomputadoras utilizan una técnica llamada “cuadrícula de cromodinámica cuántica” que, partiendo de las leyes fundamentales de la Física que rigen el Universo, son capaces de simular diminutas porciones de él en la escala de una billonésima de metro, algo apenas mayor a un núcleo atómico. A medida que pase el tiempo, será posible realizar simulaciones más potentes a escalas mayores. Primero en un “trozo” de Universo del tamaño de una molécula, después de una célula.
Según Martin Savage, profesor de Física de la Universidad de Washington y autor principal del estudio, existen señales inequívocas de la presencia de esas restricciones físicas en las simulaciones del presente. Una de esas restricciones sería la “cuadrícula base” que sirve para modelar el continuo espacio-temporal en el que se desarrolla el Universo y que, al igual que se hace hoy, usarán también nuestros lejanos descendientes para construir sus simulaciones. Por eso, encontrar pruebas de que existen esas restricciones en nuestro Universo sería lo mismo que demostrar que vivimos en un entorno artificial.
En la actualidad, las computadoras que realizan esta clase de cálculos dividen el espacio-tiempo en una retícula de cuatro dimensiones. Así, permiten observar cómo trabaja la “fuerza nuclear fuerte”, una de las cuatro fuerzas fundamentales de la Naturaleza cuya misión es mantener unidos a los quarks para que puedan formar protones y neutrones estables en el interior de los núcleos atómicos. Sin esa fuerza, no existiría la materia tal y como la conocemos.
De acuerdo a la opinión de Savage, los rayos cósmicos de mayor energía no podrían viajar por los bordes de la retícula artificial que simula el espaciotiempo en un hipotético modelo informático, sino que deberían viajar en diagonal, por lo que sus interacciones no serían iguales en todas las direcciones, como sería de esperar. Si se consigue demostrar que esa limitación “antinatural” existe, ya no habría duda de que vivimos en el interior de una simulación.