Una nave, que podría llevar perdida en el mar entre uno y dos años, apareció en las costas del atolón Ailuk: cuando la investigaron, descubrieron un enorme alijo de droga escondido.
Las islas Marshall pueden presumir de ser uno de los lugares más paradisiacos del mundo. Situadas en Micronesia, se trata de un conjunto de islotes de unos 181 kilómetros cuadrados de superficie que, en pleno océano Pacífico, un día se hicieron famosas de la mano de Estados Unidos, por culpa de las pruebas nucleares que se llevaron en la zona durante la Guerra Fría. Pero, ahora, otro suceso las ha puesto en el mapa: el hallazgo de un barco fantasma… cargado con millones en droga. Todo comenzó la semana pasada, cuando varios residentes del atolón Ailuk descubrieron, encallado en la arena de la playa, un barco fantasma de poco menos de seis metros de eslora. Cuando se acercaron a él, descubrieron que estaba ciertamente dañado y que en su interior no había nadie. Por ello, decidieron tratar de empujarlo y moverlo en dirección al mar, con la idea de llevarlo a puerto para que fuera investigado…, pero algo no iba bien: a pesar de su escaso tamaño y de que más de 10 personas empujaban la embarcación, su peso era tan grande que era imposible de mover. ¿Qué estaba pasando?
Ahí llegó el ‘gran’ descubrimiento. Varios lugareños se montaron en la embarcación tratando de entender qué es lo que la convertía en una nave tan pesada y, entonces, encontraron algo que no habían visto: un extraño compartimento secreto sellado con cerrojos que estaba escondido bajo unas mantas. Tras romper los cierres, consiguieron abrir este espacio estanco y, entonces, descubrieron lo que había en su interior: un total de 649 kilos de cocaína repartidos en numerosos paquetes. Cuando las autoridades llegan a la zona, descubrieron que el valor de esta droga era superior a los 65 millones de euros. Según afirman los expertos de las islas Marshall, se trata del mayor alijo de droga nunca antes hallado en su territorio y, probablemente, su destino era bien diferente, pero la acción del viento y el mar terminaron por convertirlo en un barco a la deriva. Sin embargo, en su interior no se encontró a ningún tripulante ni tampoco ninguna pista que sirviera para echar luz sobre quién había sido el responsable de tal alijo. Lo que sí pudieron determinar los expertos es que, con casi total seguridad, el barco podría llevar perdido en el mar entre uno y dos años. Según afirma el fiscal general de las islas Marshall, Richard Hickson, todo apunta a que el barco provenía de América Central o de América del Sur, además de anunciar que toda la droga ha sido quemada a excepción de dos paquetes, que fueron remitidos a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) para ser sometidos a pruebas y tratar de descubrir a los responsables. En más de una ocasión, las islas Marshall se han encontrado con una situación similar, aunque siempre contaban con tripulación y con cargamentos muy inferiores.
De hecho, fue en el año 2014 cuando las islas Marshall tuvieron conocimiento del primer barco cargado con droga que llegó a su territorio. En este caso, llegó al atolón Ebon, donde un salvadoreño iba a bordo de la embarcación. Aquel hombre aseguró a las autoridades que llevaba perdido en el mar más de 14 meses y que había sobrevivido gracias a haber podido capturar peces, pájaros y tortugas, todo ello con sus propias manos. Las autoridades no creían su testimonio, por lo que decidieron encargar un estudio para confirmar si era cierta su versión. La sorpresa llegó cuando los investigadores de la Universidad de Hawái que llevaron acabo las simulaciones por computadora de este caso de 2014 confirmaron que, combinando los diferentes patrones de oleaje y de vientos de la zona, en más del 80% de los casos la fuerza de la naturaleza empujaba a estas pequeñas embarcaciones en dirección a las islas Marshall por lo que, efectivamente, la teoría de que el hondureño era correcta. Ahora, seis años después, las autoridades están convencidas de que este barco podría haber partido de la misma zona. De hecho, las autoridades locales consideran que este tráfico marítimo es el principal responsable del problema de drogas que existe en las islas Marshall, al creer que el incremento de personas enganchadas al crack entre su población está directamente relacionada con la llegada de cargamentos perdidos que no han sido comunicados a las autoridades por aquellos que los han encontrado, dedicándose a la venta en el mercado negro. La pasada semana, un nuevo cargamento valorado en más de 65 millones de euros ha llegado en un barco fantasma hasta sus costas. Ahora, las autoridades tratarán de descubrir quién es el responsable.