Israel pagará con vacunas para Siria la liberación de una joven judía que cruzó la frontera

Una cláusula secreta del intercambio de prisioneros negociado por Netanyahu con la mediación de Rusia obliga a costear el envío de cientos de miles de dosis de Sputnik V a Damasco.

El intercambio efectuado el jueves pasado de dos prisioneros sirios por una joven judía, que había penetrado en territorio de Siria por su propia voluntad, ocultaba una cláusula secreta. El Gobierno de Israel se ha comprometido a costear el envío de cientos de miles de vacunas contra la covid-19 a Siria, país con el que se encuentra técnicamente en guerra desde hace siete décadas, en un acuerdo negociado con la mediación de Rusia. El inusual pacto entre enemigos, desvelado el domingo por el diario árabe editado en Londres Asharq al Awsat, fue desmentido por medios oficiales de Damasco y por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. A pesar de la prohibición de su difusión impuesta por la censura militar por razones de seguridad nacional, la prensa hebrea lo ha aireado este domingo como un secreto a voces.

Las vacunas han entrado de lleno en el juego de la geopolítica. Como nación más avanzada en la inmunización, con más de una tercera parte de su población inoculada por partida doble, Israel parece haberse visto forzada a pagar una prima extra por el rescate de su ciudadana. Se trataba de una ultraortodoxa de 25 años, procedente de un asentamiento de colonos de Cisjordania y con un amplio historial de intentos de penetración tras las fronteras de la franja de Gaza y Jordania, según revela el diario Maariv. Allí dijo contar con amigos y relaciones gracias a su dominio del árabe. A la vista de su aparente inestabilidad emocional, los servicios sociales se han hecho cargo de ella a su regreso a Israel vía Moscú, tras haber atravesado los Altos del Golán, una de las líneas divisorias más vigiladas del mundo.

La prensa hebrea evalúa en al menos 1,2 millones de dólares (990.000 euros) el coste de enviar a Siria unas 500.000 dosis de la vacuna de fabricación rusa Sputnik V. “Ni una dosis de las vacunas israelíes ha sido utilizada para ello (el intercambio de prisioneros)”, se evadió Netanyahu ante las preguntas de la prensa. La sanidad israelí solo ha utilizado hasta ahora los viales de Pfizer-BioNTech, aunque cuenta con reservas del laboratorio Moderna y está a la espera de recibir de AstraZeneca. “Trajimos de vuelta a la joven y no pienso decir nada más, a petición expresa de Rusia”, remachó el primer ministro. La agencia estatal de noticia siria, SANA, fue mucho más lacónica al negar que la entrega de las vacunas formase parte del acuerdo.

Tras destaparse el contenido de la cláusula secreta se han abierto agrias polémicas en Israel. Los medios de comunicación han reaccionado con indignación por el recurso a la censura militar ante un asunto estrictamente humanitario y con escasa relevancia en materia de seguridad nacional. En plena campaña para las legislativas del 23 de marzo, las cuartas en menos de dos años, el primer ministro juega todas las bazas favorables a sus intereses políticos y ha actuado con inusual celeridad en el caso de la joven judía —hay dos cautivos israelíes en Gaza, un judío de origen etíope y un beduino, desde hace más de cinco años— en un incidente que tocaba la fibra más profunda de la sociedad.

La entrega de cientos de miles de vacunas a Siria mientras cerca de cinco millones de palestinos apenas han recibido unos pocos miles de viales para iniciar la campaña de inmunización en Gaza y Cisjordania también ha llegado hasta la Kneset (Parlamento). “He solicitado dese hace tiempo que se transfieran vacunas de las reservas israelíes a los palestinos”, clamó en Twitter el diputado de la Lista Conjunta (coalición de partidos árabes) Ahmed Tibi. “¿Tengo que esperar a que una persona judía cruce hasta la franja de Gaza? ¡Estamos todos en la misma zona epidemiológica!”, enfatizó este parlamentario, médico de profesión. El abismo vacunal que se abre entre ricos y pobres ha emergido ahora con más fuerza en Oriente Próximo que el conflicto que enfrenta de antiguo a países vecinos.