Jane Fraser, la ejecutiva que rompió el techo de cristal de los grandes bancos de EE UU

A partir de febrero de 2021 será la consejera delegada de Citigroup y se convertirá en la primera mujer al frente de una entidad en Wall Street.

Cuando Jane Fraser habla, lo hace con calma y transmite serenidad a su audiencia. La ejecutiva de Citigroup contaba a un grupo de mujeres en una conferencia en Miami en 2016 que el ascenso en su carrera profesional había sido todo lo contrario: una turbulenta travesía con decisiones difíciles para una mujer en cada paso. “Siempre me preguntan ‘¿puedes tenerlo todo?’ y la respuesta es ‘sí, puedes’, pero no puedes tenerlo todo al mismo tiempo”, compartió a las asistentes. La cúspide de esas decisiones ambivalentes ha llegado esta semana cuando Fraser (Escocia, Reino Unido, 1967) ha sido designada como la nueva consejera delegada del Citigroup. A partir de febrero de 2021, relevará a Michael Corbat al frente de la entidad y se convertirá en la primera mujer a cargo de un gran banco en Estados Unidos. Un hito para Wall Street.

Fraser comenzó su carrera cuando tenía 20 años en Goldman Sachs, donde consiguió su primer empleo como analista financiera. Se graduó en la Universidad de Cambridge y en la escuela de negocios de Harvard para comenzar su experiencia en instituciones financieras, cuando las mujeres todavía no ocupaban altos cargos. “Se vestían prácticamente como hombres, en trajes que eran horribles y ninguna era feliz”. Pasó un par de años en España para aprender español y trabajó para Asesores Bursátiles en Madrid. “Simplemente pensé que España iba a ser más divertido que Alemania”, contó sobre su decisión en el foro celebrado por la Americas Society.

Metida de lleno en el sector financiero, Fraser trabajó desde 1994 en McKinsey & Company y comenzó a asumir riesgos. El mismo año que se lanzó a por una promoción como socia de la firma, se quedó embarazada. Obtuvo el puesto, pero se dedicó a ejercerlo solo durante medias jornadas de trabajo mientras criaba a sus dos hijos pequeños. “No hay nada como tener hijos para ayudarte a entender dónde están tus prioridades”, recuerda. Con su ascenso laboral aparcado, Fraser comenzó a explorar su interés por la globalización en el mundo de la banca y en ejecutivo de Citigroup la fichó en 2004 para dirigir la banca minorista.

Visión global

La próxima presidenta del Citigroup ha aportado su visión global a la firma y dado los giros correctos en los momentos más difíciles. Tras el estallido de la burbuja en 2008, fue parte del equipo encargado de reestructurar el banco y unos años más tarde se convirtió en la consejera ejecutiva para hipotecas, donde pudo observar de primera mano las consecuencias de la crisis financiera. En 2014, fue nombrada consejera delgada para América Latina y tuvo en sus manos la misión de redirigir Banamex, la filial mexicana del Citigroup, tras el millonario fraude que una empresa energética hizo a través de la institución. Desde octubre de 2019, es la encargada global de la banca de consumo.

Fraser ha reconocido que en el camino ha dudado de sí misma: “No estoy cómoda hasta que no estoy 100% preparada para algo”, reconoce. Pero cuenta que un papel importante para su ascenso ha sido que su marido, el ejecutivo cubano Alberto Piedra, decidió dejar su carrera profesional también en el sector bancario en Dresdner Kleinwort para cuidar de la familia, cuando el avance profesional de Fraser en el Citigroup fue inminente. Tras más de 20 años en el mundo financiero, la ejecutiva ha confesado que le ha llevado un tiempo superar el miedo de no sentirse lista para emprender una tarea, pero que sus mentores la han animado a desarrollar sus talentos y a no dejarse vencer por la incertidumbre. “No solo hay que hacer el trabajo, hay que aprender cómo influir en la conversación”.

Citigroup es el cuarto banco de EE UU por activos y contaba con siete mujeres en su directorio, compuesto de 16 integrantes. Fraser será la octava y tendrá un lugar en la mesa. Al frente de la entidad tendrá que sortear, como la mayoría de los bancos, la crisis económica provocada por el avance del coronavirus. En el último trimestre, Citigroup acumuló 5.600 millones de dólares en reservas para protegerse de préstamos incobrables.