El abogado especialista en Derecho Internacional, analizó desde La Haya las opciones a futuro para el gobierno argentino en el conflicto con Chile.
El conflicto abierto con Chile luego de la publicación del decreto del presidente Sebastián Piñera ha dejado en evidencia un problema mayúsculo que es la falta de preparación en la Cancillería Argentina para prever situaciones de este tipo.
El abogado especialista en Derecho Internacional, Javier Ruiz, hizo su análisis desde La Haya a través de la 99.9: “hay varias cosas para hacer pero el problema es que lo haga y que la cancillería de una buena vez puede elaborar una hoja de ruta y pueda establecer ciertos parámetros para llevar adelante en esta administración que hasta el día de hoy se nota improvisada. No ejercen la llamada diplomacia preventiva, no se anticipa a los hechos investigando las situaciones; están en la política chiquita y no han elaborado políticas de estado. La diplomacia argentina hizo gala de una escuela diplomática que está mal manejada o no acusando recibo del papel que están haciendo; hoy por hoy evidentemente se los está llevando por delante al menos en materia de política exterior”.
El tema requiere también de un análisis en el orden político por la situación que está atravesando el gobierno chileno: “puede ser una necesidad de Piñera llevar adelante una patriada muy similar a la de Néstor Kirchner en 2006 con las pasteras. Además de las elecciones está el problema de la Constitución en Chile. El gobierno argentino hoy por hoy no despierta en ciertas cosas. Si Argentina hubiera tenido una cooperación no belicosa no de prepotencia, una actitud mucho más hermanada con su socio del Mercosur, podría haber tenido esta situación solucionada”, afirmó.
Incluso las relaciones políticas del presidente argentino son un problema para la negociación: “Piñera bien está muy enojado con Alberto Fernández porque él es muy amigo del creador del grupo de puebla; Marco Enríquez-Ominami que es su acérrimo opositor inclusive hace hace gala de que fue víctima del lawfare por parte del gobierno de Piñera. Argentina tiene que negociar con el gobierno chileno y no con la oposición”.
En el orden internacional, Chile tiene algunas disputas ganadas que podrían servirle para respaldar un intento de estas características: “viene envalentonado por dos situaciones que se dieron aquí en el tribunal de la Corte Internacional de Justicia. En 2013 y 2016 tuvo dos situaciones con Bolivia de las cuales salió muy bien. Argentina a través del acuerdo de Paz y Amistad del 84 tiene en manos un elemento fundamental que es resolver la controversia en el plano regional. Significa que Argentina puede instar a la diplomacia chilena a negociar una mesa de diálogo, una comisión qué se dedique a negociar diplomáticamente para llegar a un acuerdo. Otra opción es conseguir un tribunal ad hoc regional en el marco del Mercosur ya que Chile es un país asociado y como tercera opción venir a la Corte de La Haya”.
Entre estas soluciones, lo que cree que sería más civilizado e incluso le abriría un margen más interesante desde la diplomacia, es sentarse a conversar: “hay que establecer una mesa de diálogo con el gobierno de Piñera y de ese modo Argentina podría solucionar este problema además de llegar a una exploración conjunta medioambientales, puede realizar mecanismos de defensa conjunta tanto en materia de recursos pesqueros como en materia de evitar la intromisión de buques de terceros países y otras cuestiones. La actitud belicosa y de prepotencia tiene que cambiarse por una mesa de diálogo”.