El secretario general de la Asociación de Patrones y Capitanes de Pesca dio detalles de las medidas que están tomando en función de buscar una recomposición salarial
Ante la inevitable necesidad de actualizar los salarios por la fuerte presión inflacionaria, el gremio que agrupa a los capitanes de pesca propuso un paro de 48 hs que le permita a sus afiliados reunirse y discutir cuáles son las medidas que van a impulsar desde el sector. En ese sentido, Frías destacó que la adhesión a este paro es voluntaria, y que hay capitanes que decidieron salir a navegar de todas formas.
«La mayoría de los barcos fresqueros están en puerto. Han salido algunos por distintos motivos, porque lo que nosotros proponemos es una medida democrática, constitucional y estatutaria, pero también la democracia y el derecho a huelga es tanto para el que lo hace, como para el que no lo hace. Siempre que hemos hecho una medida de fuerza ha sido de acuerdo a los derechos constitucionales y estatutarios, pero eso no es un impedimento para aquel capitán y oficial que quiera salir. Nosotros no vamos a hacer ningún tipo de acción en ese sentido. Somos todos adultos, y cada uno sabe lo que hace», dijo Frías.
Al respecto del paro, comentó: «La medida de fuerza no es contra nadie, ni contra el gobierno, ni mucho menos contra el sector empresario. El paro es la única manera de que los capitanes y oficiales se puedan encontrar físicamente para debatir lo que son sus intereses económicos. A un mes y días del vencimiento de las paritarias del año anterior, hemos llevado adelante nuestros reclamos sin recibir respuesta. Los capitanes nos preguntaban cuáles eran las novedades y, pasados treinta días, nos piden una reunión y la única manera de hacerla, es esta. La idea es consolidar nuestra posición que se desprende de lo que vamos hablando a lo largo del año, y a partir de ahí plantearle a las cámaras y buscar así un consenso».
Frías abundó sobre la situación que hace necesaria esta recomposición: «Nuestra actividad se rige por valores fijos y por la producción, pero está fuertemente afectada por la inflación, el impuesto a las ganancias y la inmovilidad del dólar en una actividad que el 95% de lo que se produce es para exportación».
El secretario general de la Asociación de Capitanes y Patrones de Pesca también se refirió a la importancia que tiene la presencia de la flota pesquera en el sector de las doscientas millas marítimas, donde los recursos de nuestro país son depredados por barcos de otras nacionalidades, pero denunció la falta de acompañamiento por parte del Estado: «La mayoría de los barcos tienen un permiso que se llama “de gran altura” que les permite salir a pescar más allá de las doscientas millas. Este es un buen intento de la Secretaría de Pesca de querer imponerles un “parate” al avance de estos casi quinientos buques de gran porte que vienen a pescar lo mismo que pesca nuestra flota, y luego inundan los mercados con el mismo producto, con lo que obviamente se pierde mucho el valor. Esto también tiene que ver con la soberanía. El problema, es que allá afuera en mar abierto no hay reglas ni controles, y en el medio de todo esto, está la vida. Y ellos entienden que lo que estamos haciendo es una acción de soberanía. Que es como ir a la guerra. El problema, es que vamos sin balas y sin casco».
Frías abundó al respecto del riesgo que implica para las tripulaciones mantener esa presencia en altamar: «Hay cosas que se toman a la ligera, y no es así. Salvo que nos acompañara algún buque de guerra, no tenemos ninguna garantía para estar trabajando allí. Son literalmente quinientos barcos de gran porte a los que no les va a importar si nos chocan, si nos tiran el barco para hundirnos, si nos obstruyen para que no podamos pescar. Es salir a un combate».