“La clave es la Policía”

La secretaria adjunta de la Asociación Mujeres Meretrices, Georgina Orellano, sostuvo que el proyecto de ley “Prostíbulos Cero” no solucionará el problema de trata de personas: lo más probable es que “haya más clandestinidad y todo será más oculto, porque se trata de una política de maquillaje”. Dura reflexión de una profesional.

pag.2 aPero no de una profesional del Derecho o de la Sociología; tampoco de la política. Una profesional de la prostitución, alguien que desde adentro registra y convive en y con un mundo sumamente complejo sobre el que mucho se habla pero del que poco se conoce, y menos aún se protege.

Georgina Orellano, la secretaria de la Asociación Mujeres Meretrices de la Argentina en Acción por Nuestros Derechos, dijo que el proyecto de ley “Prostíbulos Cero”, que ingresó a la Cámara de Diputados de la provincia, será positivo para “informar” pero “no solucionará el problema de la trata”. También recordó que los prostíbulos están prohibidos desde 1931, pero que si siguen abiertos“es porque le responden al poder”.

Porque no hay dudas de que el caso Marita Verón es un emblema y un golpe muy grande para otras víctimas. Esas mismas mujeres, tras sufrir las bajezas más horribles en su cautiverio, durante el juicio fueron nuevamente atropelladas y humilladas porque la Justicia no le dio crédito a su testimonio. Pero también es cierto que no todas quienes ejercen la actividad están en la misma condición; de hecho la entrevistada asegura que en el día a día están en contacto con las trabajadoras sexuales que eligen prostituirse por decisión propia. Arduo debate en el que todos merecen ser escuchados.

 

Noticias & Protagonistas: ¿Cómo están analizando ustedes el tema?

Georgina Orellano: Creo que hay muchas cosas que se confunden, y nos dejan entrampadas a las trabajadoras sexuales. Ahora descubrieron la trata, pero nosotros la denunciamos hace 22 años y sigue estando. Hemos denunciado que están involucrados funcionarios, legisladores, policías, pero para nosotras no hay legislación. Para la prostitución en Argentina existe un vacío legal, y en muchas provincias hay decretos que siguen la línea de la ley de trata que quieren aprobar. Río Negro y Córdoba han cerrado cabarets, confiterías, pero con el sólo propósito de evitar la trata esquivan al enemigo y nos terminan combatiendo a nosotras.

 

N&P: ¿Qué edad tiene, cuándo se inició en esta actividad y por qué? Porque están las que son llevadas contra su voluntad, cosificadas, y otras, como usted, que lo deciden, ¿verdad?

GO: Tengo 26 años y comencé a los 19, ya era técnicamente adulta. Yo a los 18 años terminé el secundario, vivía con mi familia, mamá era empleada doméstica, tenía muchos hermanos y vivía en un barrio marginal. Quedé embarazada, me separé de mi pareja, y lo que yo pensaba era darle más chances a mi hijo; más allá de que terminé mi estudio, quería para él otro barrio, otras cosas, por eso decidí pararme en una esquina, para darle a él lo mejor. Después conocí otras compañeras donde trabajaba, a las que las mismas cuestiones las llevaron a lo mismo; muchas no tuvimos esas oportunidades que les queremos dar a nuestros chicos.

 

N&P: El tema de la trata se instala con el caso Marita Verón. A partir de ahí todo se transforma, se escuchan voces de actores políticos que no tienen ni idea del tema. Ustedes sostienen que el poder las acorrala, que cercenan su estructura de vida. ¿Quiénes, concretamente?

GO: A nosotras en algunos debates nos sale a atacar el feminismo abolicionista, que se horroriza cuando decimos que nosotras optamos, que no nos obliga nadie, que es una decisión, que nos reivindicamos como lo que somos. Lo toman como una aberración, pero nosotras no vendemos el cuerpo, ofrecemos un servicio, con nuestros genitales, que no es lo mismo. Es un tema más sexual que otra cosa.

 

N&P: Usted dice que son prostitutas libres, que ofrecen un servicio, que ponen un precio por él, pero ¿cómo fue su tránsito hasta acá? El entregarse a esto, pararse en una esquina o en un privado…

GO: Cuando muchas de nosotras ofrecemos un servicio no pensamos si lo vamos a disfrutar, pasan otras cosas por nuestras cabezas: las cuentas a pagar, que termine rápido y levantar otro cliente, y después hay que derribar un mito de que nosotros pasamos con cincuenta tipos por día. Muchos van y en nosotras encuentran una especie de psicóloga, nos cuentan de sus familias, sus hijos, su trabajo, buscan un lugar donde llorar. Dicen que tienen hijos que se drogan, por qué les pasa, nosotras no vivimos muchas de estas cosas. Hay solteros, solos, viudos, buscan una compañía para tomar un café, hasta hay mujeres que van a buscar nuestro servicio, porque son  bisexuales que no quieren decirlo.

 

N&P: ¿Cómo contarle esta realidad a su hijo algún día?

GO: Cuando le tuve que decir a mi mamá tenía mucho miedo a que mi familia me discriminara, no me hablara. Tardé mucho, hice un largo proceso para decirle dónde militaba defendiendo derechos. Ahora es un caso contrario con mi hijo de cinco años; él nos acompaña a la marcha, conoce a mis compañeras, no veo la hora de decírselo, no tengo miedo de que me rechace. Me causa un poco de temor no cómo lo tomará él sino la gente que lo rodea, que en el colegio lo discriminen…

 

N&P: Frente al tema Marita Verón, ¿que se dice en su universo? ¿Creen que pudo ser secuestrada y prostituida?

GO: La verdad es que lo que nos interesa es que por querer combatir la trata no se confundan y cierren nuestras fuentes laborales. En la prostitución no todo es trata, hay trata en talleres clandestinos y en el campo, pero de eso no se habla. Muchos se agarran del tema Marita Verón para combatir el trabajo sexual, que es otra cosa. Repudiamos el fallo, pero es más de lo mismo que venimos hablando desde hace años. La secretaria de la meretrices de Rosario, Sandra García, fue asesinada de un tiro en la nuca por la policía de la ciudad porque denunció la trata de mujeres e incluso niñas en la terminal de esa ciudad, convertidas en esclavas sexuales. En Mar del Plata los asesinatos del loco de la ruta siguen impunes… Nos da bronca que no nos escuchen, pero eso pasa porque los verdaderos jefes del negocio están en la policía.

 

Lo que dice la ley

pag.2 bLa nueva Ley de Trata de Personas aprobada por unanimidad fue celebrada por distintos sectores de la sociedad, que destacaron la necesidad de profundizar medidas de prevención. Se agravan las penas para los culpables de la trata y la ampliación de derechos para las víctimas, entre los cuales está el hecho de que su consentimiento no es causal de eximición de responsabilidad penal para los delincuentes.

Pero no alcanza con esta ley: hay que avanzar en el desmantelamiento de las redes. Por eso es que una de las frases más escuchadas fue que es imprescindible un cambio del paradigma cultural que involucre a todos, y que cada individuo sepa que tiene una responsabilidad cuando paga por sexo.

 

Valentía

pag.2 cSi bien desde las organizaciones que luchan contra la violencia de género señalan que ninguna mujer por decisión propia elegiría prostituirse, porque es difícil salir con vida de ese circuito, desde AMMAR señalan que la trata es muy diferente a la prostitución. De hecho, “hay una clientela específica que busca mujeres tratadas. Son hombres que disfrutan del morbo de mantener relaciones con una mujer que lo hace en contra de su voluntad”, aseguró Georgina Orellano. Y fue más allá: estos clientes suelen ser “hombres con un poder adquisitivo muy alto, porque hay que sostener económicamente una red de secuestro y sometimiento”. Impresionante la valentía de quien, además, sabe del tema.