La distancia social al aire libre reduce el riesgo a una décima parte, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins.
Aquellos que practican un distanciamiento social estricto al aire libre tiene solo una décima parte de probabilidad de dar positivo en Covid-19, según un estudio de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, publicado en «Clinical Infectious Diseases». Por el contrario, usar el transporte público se asocia con una probabilidad cuatro veces mayor de dar positivo en coronavirus SARS-CoV-2, de acuerdo con el mismo informe.
Para su análisis, los investigadores encuestaron a más de mil personas en el estado de Maryland a finales de junio, a las que preguntaron por sus prácticas de distanciamiento social, uso del transporte público, historial de infección por SARS-CoV-2 y otros comportamiento relevantes para Covid-19. Encontraron que aquellos que informaron de un uso frecuente del transporte público tenían cuatro veces más probabilidades de dar positivo en SARS-CoV-2, mientras que aquellos que aseguraron practicar un estricto distanciamiento social al aire libre tenían solo una décima parte de probabilidad de dar positivo.
«Nuestros hallazgos apoyan la idea de que si vas a salir, debes practicar el distanciamiento social en la medida de lo posible porque parece estar fuertemente asociado con una menor probabilidad de infectarte», explica el autor principal del estudio Sunil Solomon, profesor asociado en el Departamento de Epidemiología de la Escuela Bloomberg y profesor asociado de Medicina de la Escuela Johns Hopkins. «Estudios como este también son relativamente fáciles de hacer, por lo que creemos que tienen el potencial de ser herramientas útiles para la identificación de lugares o subgrupos de población con mayor vulnerabilidad», añade.
En ausencia de una vacuna o tratamiento eficaz, las autoridades sanitarias insisten en medidas de prevención como quedarse en casa, usar mascarillas y mantener la distancia social de al menos 1,5 metros.
Las 1.030 personas incluidas en el estudio vivían en Maryland, que ha registrado más de 113.000 casos confirmados de SARS-CoV-2 y casi 3.700 muertes confirmadas, según el Departamento de Salud de ese estado.
Los investigadores preguntaron a los participantes sobre sus salidas de casa, el uso de mascarillas, distanciamiento social y prácticas relacionadas, y si habían recibido un diagnóstico de positivo en Covid-19 en algún momento. Los resultados indicaron que 55 (5,3 por ciento) de los 1.030 participantes habían dado positivo en infección por SARS-CoV-2 en algún momento, mientras que 18 (1,7 por ciento) aseguraron haber dado positivo en las dos semanas anteriores a ser encuestados.
Los investigadores encontraron, tras evaluar todas las variables, que pasar más tiempo en lugares públicos estaba fuertemente asociado con tener antecedentes de infección por SARS-CoV-2. Por ejemplo, dar positivo fue aproximadamente cuatro veces más común entre los participantes que habían usado el transporte público más de tres veces en las dos semanas anteriores, en comparación con aquellos que dijeron que nunca habían usado el transporte público en el mismo periodo.
Tener Covid-19 también fue 16 veces más común entre los que aseguraron haber visitado un lugar de culto tres o más veces en las dos semanas anteriores, frente a aquellos que no habían visitado ningún lugar de culto durante el mismo período de tiempo. La encuesta no distinguió entre visitar un lugar de culto para un servicio religioso u otros fines, como una reunión, un campamento de verano o una comida.
Por el contrario, aquellos que aseguraron practicar el distanciamiento social al aire libre «siempre» tenían solo un 10 por ciento de probabilidades de tener un historial de SARS-CoV-2, frente a aquellos que nunca lo mantienen.
Los datos indicaron una mayor adopción de prácticas de distanciamiento social entre algunos grupos que son especialmente vulnerables a la enfermedad grave por Covid-19, lo que sugiere que son relativamente conscientes de su riesgo. Por ejemplo, el 81 por ciento de los participantes mayores de 65 años siempre practicaban el distanciamiento social en las actividades al aire libre, mientras que solo el 58 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años lo hacía.
Los resultados de este estudio apoyan el mensaje de salud pública sobre que el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la limitación de salidas siempre que sea posible reducen la transmisión del SARS-CoV-2. Sin embargo, los investigadores sugieren que estudios como estos, que emplean encuestas igualmente rápidas de grupos específicos, también podrían convertirse en herramientas útiles para predecir dónde y entre qué grupos se propagarán más rápidamente las enfermedades infecciosas.
Solomon y su equipo ahora están realizando encuestas similares en otros estados y están estudiando el potencial de las encuestas como herramientas epidemiológicas predictivas.