Dos profesores italianos de la Cornell University plantearon que las estrategias aleatorias de trading en la Bolsa son más exitosas que las basadas en conceptos técnicos. Incluso indican que a largo plazo son mucho más efectivas.
La controversia ya se ha instalado y tiene sus defensores y detractores. Dos físicos que se especializan en procesos aleatorios indican que invertir en la Bolsa es como apostar en el casino.
En este terreno, siempre se han enfrentado los defensores del análisis matemático con el resto de la sociedad, que nunca dejó de ver con desconfianza a estos lugares donde nada es demasiado transparente y que, en más de una ocasión, llegaron a definir la estabilidad política y económica de muchos países.
El tema ha vuelto a instalarse a través de la opinión de dos científicos italianos que afirman haber demostrado que invertir en la Bolsa es puro azar, al mejor estilo de un casino. Estos especialistas son los físicos Alessandro Pluchino y Andrea Rapisarda, que trabajan en la Cornell Univerity, Estados Unidos, con procesos estocásticos (aleatorios) aplicados a distintos aspectos estructurales de la sociedad.
Las investigaciones que desarrollaron sobre el azar en otros campos son bastante conocidas y mediáticas, como el caso de la teoría que han publicado hace algunos años respecto de la conveniencia de introducir en las elecciones de cualquier Parlamento una cantidad de bancas elegidas por sorteo entre toda la población, esgrimiendo que así los legisladores trabajarían en beneficio de la mayoría y no solamente de sus votantes. También hicieron su trabajo publicando la manera de mejorar las trabas de cualquier burocracia mediante ascensos por sorteo y no más por mérito buscando evitar que los empleados asciendan hasta un nivel en el cual son incompetentes, que es lo que se conoce como el “Principio de Peter”.
Ahora han decidido evaluar cuánto hay de suerte en las decisiones de inversión exitosas de los operadores bursátiles. En esta oportunidad trabajaron con dos colegas, Alessio Biondo y Dirk Helbling. El trabajo fue publicado con un nombre muy provocador: “¿Son las estrategias aleatorias de trading más exitosas que las técnicas?”, donde la hipótesis principal consiste en que el conocimiento de un mercado financiero (no importa cuán amplio sea) siempre será limitado, por lo que la suerte puede ser una forma más “eficiente” de invertir.
Desde ese punto, se indica que los sofisticados modelos matemáticos que se emplean hoy para definir las estrategias de inversión no son capaces de predecir el futuro y, al final, terminan complicando las decisiones de inversión más convenientes. El planteo ya se toma como subversivo para los mercados financieros, si bien no es nueva la teoría de que lo que sucede en los recintos bursátiles no se diferencia de una casa de apuestas.
Hace 40 años, el economista Burton Gordon Malkiel había planteado en su libro “Una caminata aleatoria en Wall Street” lo mismo que hoy sostienen Pluchino y Rapisarda. Malkiel argumentaba que un mono puede invertir y ser tanto o más exitoso que cualquier analista de mercado prestigioso. Incluso propuso vendarle los ojos y que escoja las acciones de su portafolio de manera aleatoria. El economista indicaba que las rentabilidades obtenidas por el simio no serían muy distintas de las de los expertos, porque el azar tiene un peso significativo en esos resultados.
Los físicos italianos resaltan que su investigación se ha basado en los datos que revelaron durante un período de entre 15 y 20 años algunos de los principales índices bursátiles. Ellos crearon su propia estrategia bursátil, denominada APBLC, con un proceso de selección aleatorio. El resultado fue las cinco estrategias utilizadas no difieren demasiado en el largo plazo y se acerca a una probabilidad de 0,50, similar a tirar una moneda y anotar cuándo sale cara o cruz. Los investigadores concluyeron que es mejor apostar y apelar a la suerte que intentarlo mediante los servicios de un costoso especialista.
“Para un inversor particular, una estrategia puramente aleatoria representa una alternativa menos costosa que la consultoría financiera profesional, siendo al mismo tiempo mucho menos riesgosa, en comparación con las otras estrategias de inversión”, sostiene el estudio. También destacaron que en períodos más cortos de tiempo, algunas estrategias fueron más efectivas que otras.
Los investigadores agregaron otra ventaja de la selección aleatoria. Aunque un inversor particular pueda llegar a ganar menos en un período corto, también podrá perder menos. Si se toma el azar como única variable para las decisiones de inversión, la volatilidad de los mercados financieros se reduciría, y con ella desaparecerían los efectos de manada que muchas veces amplifican las debacles bursátiles y tampoco serían tan devastadoras las consecuencias de las denominadas burbujas especulativas, por lo que nadie estaría a merced de la manipulación de los denominados “gurús” de las finanzas.
Lo único que no respondieron los físicos es si el mundo está dispuesto a tirar por la borda toda la literatura que se ha desarrollado alrededor de los mercados bursátiles y abrazarse a la suerte.