La mujer cambió de hábitos y su salud

En el último tiempo, las mujeres han ido cambiando algunos hábitos. Un mayor consumo de tabaco, el sedentarismo o una alimentación inapropiada, han provocado que sufran patologías propias del hombre.


La mujer ha cambiado los hábitos y eso la ha llevado a tener problemas de salud típicos de los hombres
En las últimas décadas la mujer ha tomado un rol tan importante como el del hombre, en varios aspectos de su vida. Pero este nuevo papel de la mujer en la sociedad ha hecho que adquieran hábitos de vida poco saludables y más propios del hombre.
Un equipo del Grupo Hospitalario Quirón analizó en qué medida se ha visto afectada la salud femenina en relación a los cambios que ha afrontado en las últimos tiempos. El doctor en Medicina Interna Pablo Asensio asegura que la mujer ha adoptado costumbres propias del hombre, como el tabaco, el sedentarismo y los cambios en la alimentación, que han ido equiparando la calidad de envejecimiento de ambos sexos. “Esto ha hecho que la mujer se haya igualado al hombre en algunas enfermedades determinadas por factores ambientales, como las cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer“, aclara.
En la actualidad, el tabaquismo afecta a un total de 23 millones de mujeres adultas. “Esta adicción provoca cánceres específicos de la mujer, además de poner en peligro la salud reproductiva“, explica el neumólogo Dick Pasker.
Por su parte, el doctor en Dermatología y Venerología Silvestre Martínez, indica que “la ocupación de cargos de responsabilidad en el mundo laboral por parte de la mujer ha producido un aumento de incidencias en patologías que eran más frecuentes en hombres, como la dermatitis seborreica, la rosácea, etc.”.
El doctor en Medicina del Trabajo Juan Carlos Rueda, cree que el desarrollo profesional de la mujer ha revelado las deficiencias de “un sistema donde la igualdad realmente no existe, y la mujer se enfrenta a una doble responsabilidad: las propias de su puesto de trabajo y las del entorno familiar y del hogar“. Ahí es donde se genera “el desgaste físico y psicológico, que se traduce en mayor estrés y menor calidad de vida, lo que produce en muchos casos infelicidad“, agrega.
Otro de los cambios que generó la incorporación de la mujer en el ámbito laboral tiene que ver con la función reproductiva. La doctora en Ginecología y Obstetricia Alicia Úbeda explica que la edad de la maternidad se ha retrasado de tal manera que “en los últimos 10 años, los embarazos en mujeres de más de 40 años han aumentado un 62,3%”.
Además, alerta que “el embarazo a estas edades implica mayores riesgos”. Y las técnicas de reproducción asistida no revierten la fertilidad femenina que, según el doctor en Ginecología y Reproducción asistida Koldo Carbonero, “desciende drásticamente a partir de los 35 años“.
Sin embargo el doctor José Luis Prieto asegura que “las mujeres que han sido madres más mayores suelen envejecer más lentamente y viven más años”.