La negligencia de la gestión de Montenegro no provocó una tragedia por pura suerte

Ayer, los medios que comen de la mano del poder local festejaban la decisión de los funcionarios de “donar” parte de sus sueldos. Estos aportes, ¿alcanzarán para reponer los vehículos que quedaron destrozados hoy, por culpa de su negligencia?

Guillermo Montenegro parece tener un dios aparte. Lo sucedido hoy en el distrito descentralizado de El Gaucho, podría haber sido una tragedia sin precedentes en la historia del partido de General Pueyrredon. La losa de uno de los galpones se derrumbó a la madrugada, cuando no había personal trabajando en el lugar. No hubo víctimas fatales de puro milagro.

La desesperante situación edilicia de estos galpones era algo absolutamente conocido tanto para los empleados municipales, como para los funcionarios. Sin embargo, no hubo plan alguno para poner en obra el lugar, y recuperarlo para todos los marplatenses. Terminó sucediendo lo inevitable. Otro milagro, es que no pase lo mismo con otros edificios municipales cuya situación estructural es igualmente desastrosa, o incluso peor.

Las dependencias municipales están plagadas de tragedias potenciales como esta, esperando para suceder. Lugares en donde la instalación eléctrica no superaría ningún tipo de inspección, techos a punto de desmoronarse, oficinas que se caen a pedazos. Sin embargo, la gestión de Montenegro sigue destinando fondos al pago de horas extras de dudoso cumplimiento y al sueldo de funcionarios que no hacen absolutamente nada. Se ve que, dentro de su lema de «te estamos cuidando» —repetido hasta el cansancio en estos meses de cuarenterna—, no entraban los empleados municipales de El Gaucho, que no terminaron aplastados debajo de la losa de un galpón sólo por que esta, de pura suerte, se cayó en un momento en el que no había nadie en el lugar.

¿Quién se va a hacer cargo de las pérdidas materiales? ¿Cómo va a recuperar la Municipalidad el patrimonio perdido, los vehículos que ningún seguro va a cubrir? ¿Alcanzará con el retorno de dinero que se desprende de las “donaciones” que Montenegro y sus ineficientes funcionarios sacan de sus abultados sueldos? El intendente con la planta política más nutrida de los últimos años pretende enviar un mensaje de austeridad con sus “donaciones”, cuando hay nombramientos todos los días de personas que raramente le devuelven al vecino, en servicios, lo que se les deposita en sus cuentas bancarias todos los meses. Y encima, ahora, por culpa de su ineficiencia y su negligencia, se pierde una flota de vehículos que pertenecía a todos los marplatenses y que quedaron destrozados debajo de los escombros.

En otros tiempos, esta situación hubiera encendido la llama de la indignación mediática. Hoy, se ve que a esta gestión se le deja pasar todo. Se pone en foco el tema de la donación del sueldo, en vez de en el despropósito del gasto en la planta política. Con lo este derrumbe, seguramente también encontrarán la forma de mirar para otro lado.

Hoy no hay empleados municipales muertos de pura casualidad. Y, sin embargo, dentro del gabinete de Montenegro, lo más seguro es que no renuncie nadie, y esto pase sin ninguna consecuencia.