Recientemente se conoció un documento secreto donde Obama le solicitaba a su Servicio de Inteligencia que prepare una lista de objetivos de ataques cibernéticos alrededor del mundo, sin levantar la alerta.
Una nota publicada por Javier Borelli, de Tiempo Argentino, explica el escándalo de espionaje que involucra a Estados Unidos y Reino Unido. Todo surgió con la divulgación de un informe secreto donde el presidente Barack Obama, en octubre de 2012, ordena a los funcionarios de Inteligencia y de la Agencia de Seguridad Nacional que elaboraren una lista de posibles objetivos de cyberataques en el exterior.
El parlamento británico solicitó al centro de escuchas y decodificación de los servicios secretos de su país que le informe sobre el presunto uso del programa de vigilancia de Internet elaborado por Estados Unidos, que denunciaron el diario inglés The Guardian y el estadounidense The Washington Post. “No hay nada ilegal en que exista un acuerdo de Inteligencia“, señaló el presidente del comité parlamentario de Inteligencia y Seguridad del Reino Unido, Malcolm Rifkind. El comité “decidirá qué debe hacer en cuanto reciba más información“, agregó.
La alianza entre los servicios de inteligencia del Reino Unido y Estados Unidos se remonta a fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando ambos se unieron con Canadá, Australia y Nueva Zelanda para crear el acuerdo de seguridad UKUSA, que recolectaba información y la compartía entre los países integrantes. La coordinación de los datos estaba en manos de a NSA estadounidense. Las agencias de inteligencia mantuvieron su lazo en secreto durante bastante tiempo, hasta que en el año 2000 la Unión Europea se dio cuenta de que había fines comerciales. El grupo de los 27 presentó un informe al Parlamento sobre algunos hechos y demostró que la pérdida de un contrato con Brasil del grupo francés Thompson-CSF por 1.300 millones de dólares a favor de la estadounidense Raytheon, y la caída de otros dos acuerdos por 6.000 millones de dólares con Arabia Saudita de la paneuropea Airbus, no eran mera casualidad. Fue entonces cuando se supo del sistema Echelon, la mayor red de espionaje y análisis de información para interceptar comunicaciones electrónicas.
El filósofo y eurodiputado Gianni Vattimo, integrante de la comisión de la Eurocámara que investigó la red Echelon, le dijo a Tiempo Argentino que este sistema les permitía a los “espías” burlar el sistema judicial de los distintos países ya que se entrometían en comunicaciones en cualquier parte del mundo sin orden de un juez. “Son cuestiones militares y no se discuten públicamente, están ligadas a los tratados internacionales y los gobiernos europeos forman parte de la OTAN, donde Estados Unidos es el que comanda todo”, explicó.
El programa de vigilancia que se divulgó en los últimos días, llamado Prism, es considerado parte de Echelon. Según los medios de EEUU y el Reino Unido, permite a sus organismos de inteligencia tener acceso a videos, fotos, correos electrónicos, documentos y datos de contacto de Internet fuera de sus países de origen.