El concejal del PRO, Hernán Alcolea, habló esta mañana con la 99.9. Refiriéndose a la ordenanza que prohíbe el uso de agroquímicos en la ciudad, indicó: “si queremos cuidar a la población, lo que tenemos que hacer es un control en el mercado concentrador”.
La ordenanza que prohíbe el uso de agroquímicos en el Partido de General Pueyrredón tiene cada vez menos argumentos para sostenerse activa, según los puntos de vista expuestos por distintos sectores.
Después de la reunión que se vivió en los últimos días, el concejal del PRO, Hernán Alcolea, fue determinantes en su opinión respecto de los pasos a seguir. “La ordenanza se tiene que derogar. Y esa derogación puede venir por parte del pedido del Intendente al Concejo Deliberante; o desde el propio Concejo, que deberá hacer una ordenanza supletoria y reemplazar la 18740. Como está redactada, es inaplicable. Yes un gran error que cometió el oficialismo hace tres años”, aseguró en la 99.9.
Por otro lado, destacó la importancia del uso de las cuestionadas sustancias: “los agroquímicos son, a las plantas, lo que los fármacos a las personas. Lo que hacen es que la planta esté inocua y llegue sana a la mesa. No usarlos es tardar más, con la posibilidad de que lleguen plantas enfermas a la mesa. No hay nada comprobado tampoco sobre las intoxicaciones a los vecinos de la zona; ni se ha probado la denuncia de vuelos nocturnos para fumigar”.
Todos los argumentos que se han presentado se diluyen ante la falta de pruebas. Por eso el edil sentenció: “está todo basado en una gran mentira”.
Entre las conclusiones que sacó de la última reunión, comentó que “la gente del campo hizo una acotación interesante y práctica. Cuando uno va por la ruta con el pasto alto es porque del lado de la banquina pasa vialidad y corta el pasto, pero del campo para adentro se echa glifosato para que no haya yuyos. Si ve que en el alambrado el yuyo está alto, es porque no recibió glifosato. La forma en que se hace el rociado tiene una precisión que llega hasta los 5 centímetros antes del alambrado”.
Los problemas se han generado, entre otras cosas, porque la ciudad ha crecido demasiado. “Mar del Plata desbordó sus propios límites. En la medida en que crece, hay un problema de tipo técnico para llegar con Obras Sanitarias. Y hay gente que se instala en un lugar sabiendo y conociendo las condiciones del medio y después se queja de eso. La ciudad se ha multiplicado de forma aluvional en los últimos 20 años”, destacó Alcolea.
Además de la derogación de la ordenanza suspendida, el concejal propuso: “si queremos cuidar a la población, lo que tenemos que hacer es un control en el mercado concentrador. Dentro del cordón frutihortícola de Mar del Plata hay más de 650 hectáreas bajo nylon, es un campo que se transformó en una industria de producción de alimentos. Tenemos que derogarla y llevarle tranquilidad a las familias. Después, sentarnos a hablar para hacer una ordenanza acorde”.