Hace un año que la Comisión Europea abrió una investigación antisubsidios contra el país. Las partes tienen 44 días para llegar a un arreglo, sino podría imponer aranceles con un piso de 25% y un techo de 33% a las exportaciones locales.
En lo que sería un cambio radical de postura, la Comisión Europea está dispuesta a aceptar un acuerdo con los productores de biodiesel argentino para resolver una larga disputa comercial sobre las exportaciones del producto a Europa.
Según explica un cable de la agencia Reuters la Comisión, que supervisa la política comercial de los 28 miembros de la Unión Europea, dijo hoy que la semana pasada había comunicado a las partes interesadas que estaba dispuesta a aceptar compromisos de productores que vendan a un precio mínimo. “Esto excluiría a estos productores de los posibles aranceles antisubvenciones que impondrá la Comisión Europea, al tiempo que restablecerá la igualdad de condiciones para los productores europeos”, dijo un portavoz de la Comisión por correo electrónico.
En este nuevo esquema, el cable de la agencia explica que las partes tienen hasta el viernes 18 de enero para comentar la propuesta, con una fecha límite del 28 de febrero para la imposición de derechos antisubsidios. Aunque no queda claro cuál sería el precio mínimo. Mientras tanto, Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), le dijo a Reuters que el sector argentino estaría “dispuestos a un arreglo que contemple un valor mínimo”, que incluye a empresas que exportan biodiesel desde la Argentina como Cargill y Bunge.
El problema es que si no llega a un acuerdo, la Comisión Europea recomendará a los países del Viejo Continente que apliquen un arancel que tendrá un piso de 25% y un techo de 33,4% para el biodiesel argentino.
La apertura de ese mercado es muy importante para las 37 fábricas de biodiesel que hoy en el país y que corren riesgo de subsistencia. Según un informe de IES Consultores hasta noviembre de 2018 las exportaciones de biodiesel acumulaban una fuerte caída de 17% en valores (u$s 914,2 millones) y 11,5% en cantidades (1,3 millones de toneladas). “Si bien la imposición de las retenciones afecta la ganancia del negocio exportador, la fuerte devaluación del peso compensa la mayor carga tributaria”, explica el informe.