Vecinos se quejan del “riesgo” para la salud pública por el Síndrome de Diógenes y los servicios sociales lo atendieron hace una década pero cerraron el expediente cuando se recuperó.
Con el confinamiento se quedó en su casa y ya no salió más. Pedía comida a domicilio o bien le traía algún amigo que acudía a ayudarlo ya que sus más de 250 kilos de peso le impedían moverse, por lo que Alejandro no podía limpiar y la basura se acumulaba en los bajos de la calle Estany de la Albufera de El Prat de Llobregat (Barcelona) en los que residía. Así lo encontraron los servicios de emergencia el pasado miércoles cuando él mismo llamó, sobre las 8:30 de la mañana, al 112.
Alejandro se había caído, posiblemente a causa de una enfermedad que tiene en una pierna, y se encontraba mal por lo que no se podía levantar. “Al llegar los agentes de la policía local y entrar en el piso fliparon”, cuentan a este diario fuentes policiales que se encontraron con toneladas de basura repartidas por el local y, en medio en el suelo desnudo, al hombre. Tiene 48 años y podría sufrir ‘síndrome de Diógenes’.
Fueron necesarias unas 9 horas de rescate para poder sacarlo y trasladarlo al hospital de Bellvitge. Los Bomberos de la Generalitat junto con personal del Sistema de Emergencias Médica (SEM), policía local y Mossos d’Esquadra no pudieron acceder por la puerta debido a la gran cantidad de basura acumulada tras ella y por eso usaron una grúa para hacer un agujero en la fachada cerca de una ventana y así acceder al interior del piso, además de apuntalar el techo.
Luego retiraron parte de los desperdicios, que quedaron esparcido por la calle, y procedieron a evacuar por el mismo hueco a Alejandro con una camilla ayudados de un toro mecánico para poder bajarlo al suelo. Durante horas, operarios de la brigada de limpieza del Ayuntamiento de El Prat retiraron la basura acumulada. Numerosos vídeos, como los que difundió la periodista Anna Punsí, muestran el rescate y los problemas de los servicios de emergencia para sacar al hombre por la cantidad de desperdicios que había en el inmueble y su peso.
Por el momento está ingresado en el hospital y según los servicios sociales del Ayuntamiento de El Prat cuando salga se verá qué tipo de actuación se hará ya que puede ir a un centro sanitario a recuperarse del todo o bien volver a su casa por lo que tendrá un “acompañamiento” por parte del Consistorio ya que puede sufrir un problema de salud mental. No es la primera vez que se han ocupado de él, explica Arnau García, responsable de Acción social y comunitaria de El Prat.
Tras un primer contacto en 2003, fue en 2012, a raíz de una queja por el mal olor de la vivienda por parte de los vecinos, cuando se inició una intervención en la que se hizo una “limpieza de choque” del piso de Alejandro y se lo acompaño a la atención sanitaria que requería. En esos años recibía visitas a domicilio y a finales de 2015 se cerró el expediente al considerar que el hombre, que en esos momentos trabajaba en el aeropuerto además de hacer arreglos informáticos, estaba mejor y era autónomo en sus movimientos.
Desde 2015 los servicios de emergencia han recibido tres llamadas de vecinos en los que alertaban de que Alejandro “no daba señales de vida” y cuando agentes de policía iban a su casa y llamaban al timbre no respondían. Pese a esto, los servicios sociales o sanitarios contactaban con él por teléfono y les contaba que estaba bien, por lo que no hacían ninguna actuación de emergencia ya que “no nos dejaba entrar”. Fue con el confinamiento cuando dejó de salir y tampoco nadie le llevaba la medicación que tomaba.
En este sentido, García remarcó que en El Prat uso en marcha un plan piloto para unificar la coordinación entre servicios sanitarios y sociales para detectar casos como el del vecino con síndrome de Diógenes. Así no acudir periódicamente al médico sin justificación o no ir a los fármacos puede ser un indicativo de que esa persona necesita ayuda, según el responsable de Acción Social.
Vecinos de la zona apuntan a que el hombre vivía con sus padres pero que al fallecer se quedó solo y pudo sufrir depresión, por eso no salía de casa. Además, lamentan que el Ayuntamiento debería haber realizado un seguimiento ya que existía “riesgo” para la salud, tanto propia como del inmueble por acumulación de basura. Una vecina del mismo edificio explicó en Cuatro que desde hacía tiempo se quejaba de “olores horribles” mientras que el hombre estaba “en una situación fatal, casi no podía andar. Lo tenían que traer del aeropuerto con una furgoneta, y apenas podía subir a su casa, y vivía en el bajo”.
Además la mujer añadió que el problema de insalubridad era grave ya que hacía sus necesidades en botellas y remarcó que le traían la comida ya que “han visto cómo le dejaban como bolsas debajo del hueco y que él las arrastraba” dentro del local, que podría carecer de suministros. Fuentes policiales han explicado a este medio que recibían llamadas por los malos olores y que incluso tenían un “código policial” para actuar en estos casos.
Sin embargo, desde el Ayuntamiento de El Prat se remarca que las llamadas recibidas en los últimos años por los servicios de emergencia en referencia al hombre eran ya que no se tenían noticias suyas “y no por un problema de salud pública” como sería el efecto de síndrome de Diógenes que padecía. Ahora Alejandro, de 48 años, se recupera en el hospital y volverá a estar atendido ya que el Consistorio reabrió su expediente tras ser evacuado el miércoles.