Un equipo de investigadores del Instituto Antártico Argentino evaluó los cambios sufridos por las ascidias o “papas de mar” y otros organismos pertenecientes a los ecosistemas bentónicos submarinos. Los efectos de la mano del hombre.
Contrariamente a lo que sucede en los ambientes cálidos, las especies antárticas terrestres son muy reducidas en comparación a otros lugares del planeta. Sin embargo, este territorio ha logrado una altísima diversidad de vida acuática, equiparable a la de los ambientes templados y tropicales, pero hoy se encuentra en peligro debido al accionar humano.
El doctor en Ciencias Biológicas, Ricardo Sahade, dirige una investigación llevada a cabo por el Instituto Antártico Argentino que estudia cómo el calentamiento global afecta a las especies pertenecientes a los ecosistemas bentónicos, es decir, aquellas comunidades orgánicas que habitan a 30 metros o más bajo el nivel del mar. El especialista aseguró que la península antártica se encuentra “entre los tres lugares del planeta en los que la temperatura creció más rápidamente en los últimos 50 años”, causa por la cual distintas especies sufrieron cambios profundos en un corto lapso que desestabilizaron el ambiente marino.
El aumento de temperatura resulta un factor clave para comprender el retroceso de los glaciares y su incidencia en el deterioro de los organismos marinos que viven en la Antártida. “Cuando las masas de hielo se van derritiendo, arrastran sedimentos de material inorgánico que afectan negativamente a estas especies que se alimentan de filtrar agua”, aclaró Sahade.
Uno de los géneros más expuestos al calentamiento global fueron las ascidias, también conocidas como “papas de mar”. Estos pequeños organismos, que se encuentran a “medio camino” entre los vertebrados y los invertebrados, no son capaces de moverse con la misma agilidad que otras especies, por lo que “cuando las condiciones del ambiente cambian, no pueden desplazarse hacia otros lugares, entonces disminuyen o desaparecen”, remarcó el investigador.
“Lo que nosotros encontramos, y nos sorprendió, fueron cambios muy profundos en esas comunidades en poco tiempo. Analizando los posibles factores que pudieron causar esto, detectamos que uno de los principales está relacionado con el cambio climático”, subrayó el científico.
Sin embargo, Sahade destacó que, desde la comunidad científica, existe un palpable interés por conservar y por conocer. “Todo esto puede perderse, y para poder concientizar, hay que saber sobre qué se está concientizando”, aseguró el investigador. Y agregó que todos los hallazgos obtenidos a partir de este trabajo sirvieron como motivación para detectar el “enorme efecto marcado del fenómeno global del calentamiento” y hacer algo para remediarlo.