El arquitecto Marcelo Magadán fue el responsable de hacer el informe sobre el monumento de Cristóbal Colón que presentó en su denuncia la ONG Paren de Demoler, indicando que mover el elemento como lo están haciendo puede traer graves consecuencias. “Hay una fisura que tiene posibilidades de terminar fracturando el monumento”, advirtió esta mañana en la 99.9.
El problema que ha generado el traslado del monumento a Cristóbal Colón tiene otra arista controversial, más allá de la que políticamente se refleja todos los días. Se trata de la visión arquitectónica, según la cual la estatua podría sufrir fracturas por cómo se ha retirado y se está manipulando.
Al respecto, habló esta mañana en la 99.9 el arquitecto Marcelo Magadán, del estuido Magadán y Asociados, responsable de presentar un informe que acompañó la denuncia de la ONG Paren de Demoler. En principio, aclaró que “el año pasado, en el mes de mayo, hicimos un pre-informe a solicitud de la Universidad Nacional de San Martín, que había sido convocada para evaluar la posibilidad de hacerse cargo del proyecto. Lo que observamos en primera instancia era que no existía ninguna razón de conservación del monumento que requiera del desarme o el traslado. Lo que dijimos fue exactamente eso, y coincidía con otros especialistas. Eso llevó a que el proyecto fuera por otros caminos”.
Ese rumbo incluye dinero y contrataciones que relacionan a la ciudad: “el Poder Ejecutivo nacional otorgó un subsidio a la Municipalidad de Mar del Plata para contratar a una empresa, en este caso local, que se dedica básicamente a hacer obras viales. Ellos contrataron algunas personas de la Universidad de La Plata para que le dieran cierto respaldo académico a todo, pero esas personas no son especialistas”.
En ese sentido, los movimientos se realizan sin tener mayor conocimiento y, ahora, avalados por la justicia. “Las decisiones están en manos de personas que no tienen mucha idea de lo que están haciendo. A eso debemos incluir al juez Enrique Lavié Pico, que le dio la veña al Gobierno para que lo siga desarmando, lo cual puede llevar a la destrucción del monumento. Restaurarlo no es lo mismo que desarmarlo”, aclaró.
Sin embargo, Magadán puntualizó que por el espacio verde que hay en el lugar en cuestión, podrían coincidir los dos monumentos: “lo que me preocupa particularmente es que en esa plaza, la Plaza Colón, hay espacio suficiente para que pueda convivir Azurduy con Colón. De alguna manera, puede ser dialogando y mostrando dos versiones de nuestra misma historia. El hacer convivir esas dos estatuas sería un ejemplo de respeto para quien piensa diferente”.
Pero el principal problema es lo que puede suceder si se mueve el monumento de manera incorrecta: “los mármoles tienen vetas y hay una manera en que el material debe disponerse para garantizar cómo funciona estructuralmente. Esas vetas en las canteras están en forma horizontal, pero entre capa y capa puede haber una línea de falla, es decir, una posibilidad de fisura en forma horizontal”. Está claro que mover un monumento no es lo mejor, más aún si se hace de la forma indebida: “el bloque estaba preparado para que Colón estuviera parado y no acostado. Esto puede ocasionar el quiebre del bloque, que tiene 6 metros de largo. Incluso hay una fisura que se ve a distancia con prismáticos, que es de vieja data y está por encima de la pierna derecha de Colón, que no entraña ningún riesgo mientras esté parado; pero acostado y mientras se lo mueve, puede terminar fracturando a la imagen”.
Las recomendaciones del arquitecto son muy claras, y terminan indicando que todo debe quedar en su lugar: “el monumento fue pensado para estar en ese lugar y forma una unidad indivisible con su entorno”.