Las guerras actuales matan a más civiles

La ONU advirtió sobre el aumento de ataques a poblaciones. Pero la coalición contra EI pretende más bombardeos sobre Siria e Irak.

guerra-victimasLos civiles son cada vez más objetivo de los ataques en las guerras que sacuden hoy al mundo. Es una realidad que alarma a la comunidad internacional. La ONU exige más prevención y depuración de responsabilidades, pero es poco lo que puede hacer en el contexto actual, con una coalición internacional liderada por Estados Unidos que ayer mismo pidió a sus miembros intensificar bombardeos sobre Irak y Siria para acabar con Estado Islámico (EI).
El aumento de muerte de civiles fue analizado esta semana por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en una reunión especial en la que la organización pintó un panorama muy negro, sobre todo en Medio Oriente.
En Irak, por ejemplo, 19 mil civiles fueron asesinados entre enero de 2014 y octubre de 2015, según un informe publicado el martes en Ginebra.
“La realidad es sombría y desoladora. En los conflictos de todo el mundo, un gran número de civiles son asesinados de forma deliberada o por negligencia, mutilados, torturados y secuestrados. La violencia sexual es rampante”, denunció el vicesecretario general del Consejo de Seguridad, Jan Eliasson.
El número dos de Naciones Unidas destacó el aumento de los ataques contra hospitales y escuelas y la carnicería que está provocando el uso de armas explosivas contra ciudades en conflictos como el sirio.
En 2014, el 92 por ciento de las víctimas de este tipo de ataques fueron civiles, según datos de la ONU, que insistió en el grave problema que plantean los sitios de ciudades.
“Todos vimos la horrible realidad en Madaya (Siria), donde miles de personas ven negado el acceso a comida y tratamiento médico por meses, provocando hambruna y muerte. Madaya es sólo un lugar donde esto está pasando”, dijo Eliasson.
Parte de ese fenómeno se debe, según la ONU, a la barbarie de grupos extremistas como EI y Boko Haram, que presentan “nuevos desafíos”.
En respuesta a la actual realidad, la ONU subraya la importancia de recordar a las partes de los conflictos sus responsabilidades bajo la legislación internacional.

Cueste lo que cueste

A pesar de esta realidad y del pedido de Naciones Unidas, la coalición liderada por Washington quiere intensificar las acciones contra el grupo yihadista para acelerar su derrota.
En París, se reunieron ayer los ministros de Defensa de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Australia, Italia, Alemania y Holanda, los más activos en el seno de esa alianza. Allí aseguraron que el EI perdió ya el 25 por ciento del territorio que tenía en Irak y el 10 por ciento en Siria, pero advirtieron que todos deben hacer más para abatirlo.
“Su resistencia debe llevarnos a mejorar nuestra acción, seguir combatiendo en todos los frentes, desarraigarlo tanto en el terreno como en las mentes” de los ciudadanos, expresó el ministro galo, Jean-Yves Le Drian.
En febrero, Bruselas acogerá la primera reunión de los titulares de Defensa de los 26 países que forman la coalición, más Irak, con el objetivo de alinear intereses y capacidades.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, indicó que el objetivo de la campaña gira en torno a tres ejes: destruir y aislar el “tumor cancerígeno” que representa EI colapsando sus centros de poder, principalmente en Raqqa y Mosul; “detener la metástasis” en todo el mundo; y proteger a la población.
En esa labor, estadounidenses y franceses coincidieron en su exigencia de que Rusia cese sus bombardeos contra grupos de la oposición armada. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos contabiliza más de tres mil muertos en Siria desde el inicio de bombardeos rusos, en septiembre pasado.

Otra reliquia que se perdió para siempre

El monasterio más antiguo de Irak. Durante 1.400 años, el monasterio de San Elías de Mosul sobrevivió a los ataques de la naturaleza y de los hombres. Recientemente, sirvió de lugar de culto para soldados estadounidenses. Ahora, imágenes satelitales confirman que fue reducido a escombros: es la última víctima de la implacable destrucción de sitios culturales perpetrada por Estado Islámico.