La violación de una joven de 23 años ha creado un clima de tensión en la capital de India, donde no sólo las protestas y reclamos están a la orden del día, sino que se ha doblado la solicitud de tenencia de armas entre la población femenina.
Luego de la muerte de la joven de 23 años que fue violada en un autobús, se ha puesto en tela de juicio la situación de la mujer en la India. Además de las protestas y una situación de violencia sin precedentes, se ha generado una demanda de licencias de armas de fuego entre las mujeres, al igual que las ventas de sprays de pimienta y los cursos de autodefensa.
Según el Departamento de Policía de la ciudad, hasta el momento 274 mujeres han solicitado el permiso de armas en Nueva Delhi desde el 18 de diciembre y más de 1.200 mujeres han pedido información al respecto. Según algunos datos estadísticos, en la India existen 40 millones de armas, y es el segundo país detrás Estados Unidos en posesión de armas de fuego.
Este suceso ha mostrado unión entre la clase media urbana que ha protestado contra el Gobierno y contra la policía por su inoperancia. Estas acciones podrían cambiar el trato que recibe la mujer en el país. Las protestas han obligado al Gobierno a tomar medidas rápidas. Cinco de los seis sospechosos de la violación han sido imputados en un juzgado de vía rápida para agresiones sexuales, por violación y asesinato, entre otros crímenes que podrían acarrear la pena de muerte. El sexto acusado será juzgado en un tribunal juvenil.
“Se trata de un momento definitorio de nuestra democracia. Durante décadas, la cuestión de la mujer ha sido defendida por grupos feministas y de derechos humanos. Por primera vez, los ciudadanos han hecho suyas estos problemas”, afirma Ranjana Kumari, directora del Centro de Investigación Social y conocida feminista.