En el mes de enero, los depósitos en plazos fijos saltaron 10.000 millones de pesos en relación al año pasado y en línea con el actual nivel de emisión. A pesar de ello, no hay bajas en la tasa de interés.
Hay un cambio en la tendencia de los argentinos, que hasta ahora se mostró como incipiente y tiene que ver con la realidad que venía mostrando el dinero dentro del sistema financiero. En el primer mes de 2013, los argentinos estuvieron más dispuestos que en 2011 a dejar inmovilizados sus pesos en algún plazo fijo bancario, aún a costa de perder poder de compra con la inflación y además, reducir levemente la porción de efectivo que dejaban disponible en las mismas cuentas a la vista o en la denominada “economía informal”.
Enero suele ser el mes más favorable para los bancos en términos de liquidez debido al cobro de los aguinaldos y la menor demanda de pesos que permite a los ahorristas tener mayores ingresos ociosos en sus cuentas. Sin embargo, en esta oportunidad, apenas alcanzó para superar las expectativas que mantenían en el propio sector, ya que las entidades privadas del sistema financiero pudieron capturar en enero cerca de 10.000 millones de pesos en plazos fijos. De esta manera superaron en casi un 40% la captación que habían mostrado en el mismo mes del año pasado (unos 6.800 millones de pesos). Esta cifra es la que ya están registrando los bancos para todo el mes de enero, que termina el jueves, y que recién será actualizada por el Banco Central a fin de la semana próxima.
“Estuvimos notando, inclusive, que mejoró levemente la composición de los ahorros, con un aumento en la participación de los plazos fijos sobre las cuentas a la vista”, indicaron desde la mesa de dinero de uno de los grandes bancos del sistema. Los datos oficiales señalan el crecimiento de los plazos fijos en un nivel de 1.000 millones de pesos respecto del que mostraron las cuentas a la vista en los últimos 30 días (desde el 18 de diciembre hasta el 18 de enero).
Teniendo en cuenta todo el panorama, las tasas de interés se mostraron inflexibles y se manejaron en el mismo nivel que habían dejado el año pasado. La Badlar privada que rige para los depósitos minoristas mayores al millón de pesos, se mantiene cerca del 15% y el llamado call money, el costo del dinero que los bancos se prestan entre sí, permaneció en Nero debajo del 10%.
Lo que se mantuvo inmutable fue la tasa de interés que pagan los bancos ante la estampida de expectativas de devaluación que se percibió en el mercado cambiario informal y la aceleración que empezó a percibirse en la evolución de los precios. Durante enero el dólar blue pasó de $6,85 a $7,66 y el Banco Central convalidó para el peso un ritmo de depreciación del 20% anual. Mientras tanto, la inflación acumulada en lo que va del 2013 se eleva a 2% en supermercados.
Este verano financiero para los bancos podría seguir en los próximos meses: “Esperamos la misma tendencia para la liquidez hasta marzo. A nivel agregado, hay un vuelco en los ahorros que está explicado por las tasas de hasta el 15% para minoristas que se ofrecen, por ejemplo, a través de homebanking”, comentó el gerente de operaciones financieras de una entidad local.
Este nuevo “combo de ajuste” tiene como primera parte la mayor captación de depósitos de las entidades y es algo que ya se percibía en la política monetaria que lleva adelante el Banco Central, que se esforzó en enero por esterilizar fuertemente la liquidez que inyecta la economía por otras vías. Todo esto, sumado a los plazos fijos, evitó que al menos $ 20.000 millones fueran volcados al consumo o al blue durante enero.