Los cinco alimentos habituales que le sientan muy mal a tu intestino

Aunque no lo creas, muchos productos a simple vista sanos son perjudiciales para tu aparato digestivo. Unas proteínas llamadas lectinas son las responsables.

Eres lo que comes. Por tanto, mucho cuidado lo que te llevas a la boca; en cuanto menos te lo esperes, puede repercutir desde un aumento de peso a complicaciones más graves. Se ha especulado mucho, por ejemplo, con que la carne roja produce cáncer de colon. De igual modo, una dieta alta en grasas aumenta el riesgo de sufrir un infarto, ya que obstruye las arterias. Lo mejor será que comas no solo con la vista, el olfato o el gusto, sino también con la mente. Comer con conciencia es esencial para una vida sana y larga.
Recientemente se ha hecho viral un artículo de la creadora de la famosa dieta del 123 publicado en ‘The Daily Mail’. La australiana Emma Taylor sugirió que ciertos alimentos, aparentemente saludables, pecan de ciertos peligros para la salud. Los tomates por ejemplo. ¿Quién iba a pensar que esta rica hortaliza tuviera efectos negativos en nuestro sistema digestivo?
Todo viene por su alto contenido de lectinas, unas proteínas unidas a los carbohidratos que se adhieren a las membranas celulares dentro del tracto digestivo y al azúcar que hay en el cuerpo. La lectina no es digerible, por lo que puede alterar el metabolismo y causar ciertas molestias gástricas. El gluten, por ejemplo, es una lectina, pero hay muchas más agazapadas en alimentos o minerales. ¿Cuáles son los alimentos en los que se encuentra?

Los tomates

A pesar de ser muy rico en fibra y vitamina C, esta popular verdura ideal para completar las cenas puede tener efectos nocivos para la salud. Gracias a su gran cantidad de semillas, los tomates contienen muchas lectinas que pueden desencadenar problemas digestivos si se unen a las paredes del estómago. ¿Cómo puedes sustituirlo por otros alimentos? Taylor recomienda reemplazar su consumo con alternativas ricas en minerales, como las hojas verdes. “Lechugas, espinacas o brócoli”, entre otras.

Las patatas

Al igual que los tomates, las patatas tienen un alto contenido de lectinas, lo que puede dañar tu intestino. Aunque destaca en el reino de los alimentos por ser una gran fuente de vitaminas, minerales e hidratos de carbono, es uno de los que más lectinas poseen. “Es muy importante moderar la cantidad de patatas que consumes en tu dieta para mantener una ingesta correcta de lectinas”, dictamina la nutricionista.

Frutos secos

Aunque los cacauhetes y anacardos son ricos en proteínas y antioxidante, continen una gran cantidad de lectinas que pueden pasar a través del revestimiento intestinal al torrente sanguíneo. Tener un alto volumen de estas sustancias en la sangre puede provocar un crecimiento de carcinógenos, las células que causan el cáncer. Taylor sugiere reemplazar estos frutos secos por las nueces, las cuales tienen una gran concentración de selenio, además de ser una rica fuente de ácidos grasos. Debido a que el cuerpo no puede producir estos ácidos por sí mismo, la absorción a través de las nueces es esencial para mejorar la salud a largo plazo.

Carnes rojas y fritos

Evidentemente, los fritos no son nada sanos. No solo porque aumentan los niveles de obesidad por su alto porcentaje de grasas, sobre todo si están cocinados con aceite de girasol. Tampoco le hacen bien a tu intestino. Al margen de producir la desagradable sensación de ardor, desencadenan el síndrome de colon irritable. El consumo de carnes rojas también está muy relacionado con este problema. Por eso, en lugar de servirte un buen filete, una hamburguesa, perritos calientes o embutidos, podrías optar por otra serie de alimentos como pollo (u otras aves de corral), pescado o carnes magras.

Condimentos

Hay muchos condimentos sabrosos que puedes utilizar para aderezar tus comidas. La mayoría no tienen mucho que ofrecer en cuanto a sus propiedades nutricionales, pero pueden hacer que un plato nutritivo se haga realmente delicioso. Por ejemplo, el rey de la pizza siempre es el orégano y, el del pollo, el curry o la salsa barbacoa. La verdad es que muchos platos sin especias o salsas parecen perder sabor. Lo más peligroso que te pueden producir algunos de ellos son los síntomas el colon irritable. Los condimentos que suelen ofrecer siempre más molestias son el ketchup, las verduras encurtidas o la salsa barbacoa. Sin embargo, es posible que puedas tolerar pequeñas cantidades de alguno de estos alimentos. Para averiguarlo es mejor que consultes con un nutricionista o médico para saber qué cantidad es la adecuada.